El gobierno del presidente liberal de Francia, Emmanuel Macron, anunció este martes su proyecto para aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años en ese país, un plan que augura protestas masivas ante el rechazo de sindicatos y la mayoría de la oposición.
“Con una edad legal de jubilación de 64 años a partir de 2030 y 43 años de cotización, lograremos el objetivo: nuestro sistema redistributivo alcanzará entonces el equilibrio”, indicó en rueda de prensa la primera ministra, Elisabeth Borne.
En Francia, los trabajadores en activo pagan las pensiones de los jubilados, cuyo porcentaje va en aumento frente a los primeros mientras progresa la esperanza de vida: 85,5 años en mujeres y 79,4 en hombres.
“A partir de 2023, este sistema registrará déficit. A partir de 2027 será de 12.500 millones de euros (13.430 millones de dólares) por año, 15.000 millones en 2030, 25.000 millones en 2040″, indicó este martes el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt.
Aunque el retraso de la edad de jubilación será menor a los 65 años defendidos por Macron, el plan ya cosecha el rechazo unánime de los sindicatos, que anunciaron una primera jornada de huelga general y movilización el jueves 19 de enero.
“Si Emmanuel Macron quiere llevar a cabo su madre de todas las reformas (...), para nosotros será la madre de todas las batallas”, advirtió días atrás el jefe del sindicato Force Ouvrière (FO), Frédéric Souillot.
La organización patronal Medef celebró, en cambio, las “decisiones pragmáticas y responsables” del gobierno, que prevé reducir “simétricamente” la aportación al régimen de accidentes de aquellas empresas que aumenten su contribución al sistema de pensiones.
Aunque el objetivo era develarlo en diciembre, el gobierno decidió aplazar el anuncio en enero para que Borne tuviera tiempo para discutir con los actores sociales y los partidos e intentar garantizarse una mayoría parlamentaria.
Sus esperanzas están puestas en el tradicional partido de derecha Los Republicanos (LR), que controla el Senado y con el que el presidente centrista alcanzaría la mayoría absoluta que perdió en junio en la Asamblea Nacional.
Su jefe de filas en la cámara baja, Olivier Marleix, se dijo “satisfecho” porque se incluyen varias de sus exigencias, como un alza a 1.200 euros mensuales (1.290 dólares, 85 % del salario mínimo) de la pensión mínima de los jubilados, actuales y futuros.
Sin embargo, el gobierno no descarta recurrir al polémico procedimiento parlamentario, conocido como 49.3, que le permite adoptar una ley sin someterla a votación. La única manera de frenarla es aprobando una moción de censura.
En cualquier escenario, LR se anuncia clave. Los diputados del frente de izquierdas Nupes y de la formación ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen, el primer partido de la oposición, necesitarían su apoyo en caso de moción de censura.
El líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon denunció un “grave retroceso social” de Macron, que, según la diputada de su partido Raquel Garrido, “roba tiempo de vida a la gente”. Por su parte, Le Pen expresó su “determinación para frenar” una reforma “injusta”.
La reforma llegaría a la Asamblea a finales de enero, tras su aprobación por el consejo de ministros el 23 de enero, para un debate por el pleno a principios de febrero.
Además del retraso de la edad a 64 años, el gobierno también prevé adelantar a 2027 la exigencia de contar con 43 años cotizados para cobrar una pensión completa, en lugar de 2035, como estipulaba una ley aprobada en 2014 por el socialista François Hollande.
La edad de jubilación en la segunda economía de la Unión Europea (UE) es una de las más bajas de Europa y, de salir adelante la reforma, Francia se acercaría a los 67 años adoptados o en vigor en Alemania o Italia.
Pese a ser una realidad en países vecinos, una mayoría de franceses rechazan un retraso de la edad de jubilación: un 68 % se opone a tener que jubilarse a partir de 64 años, según un sondeo de Ifop-Fiducial.
Para calmar los ánimos y atraer el apoyo de LR, la primera ministra indicó excepciones: aquellos que comenzaron a trabajar antes de los 20 años podrán jubilarse entre los 58 y los 62; militares, bomberos o policías podrán jubilarse también antes.
Aunque algunos observadores temen un estallido de ira popular, como los “chalecos amarillos”, que golpearon el primer mandato de Macron e impulsaron su imagen de “presidente de los ricos”, también apuntan a un cansancio general.
*Con información de AFP.