Este jueves se desarrolló el juicio contra la líder birmana Aung San Suu Kyi, derrocada por las Fuerzas Militares del país el pasado 1 de febrero, en el que las autoridades golpistas a la expresidenta de haber violado una ley sobre secretos de Estado que data de la época colonial.
En el proceso, las autoridades “abrieron el 25 de marzo un nuevo procedimiento judicial, acusándola de haber violado la ley sobre secretos de Estado”, dijo a la AFP el abogado de la política, Khin Maung Zaw, quien agregó que en el pasado la mujer ya estaba acusada de corrupción y de “incitación a desórdenes públicos”. La ley data de principios del siglo XX, cuando el país asiático estaba dominado por el Imperio Británico.
Otra de las decisiones que tomó la junta militar de Birmania este jueves fue ordenar a todos los proveedores de internet del país que corten la conexión por wifi en toda la nación.
Esta información fue confirmada por la compañía de telecomunicaciones Ooredoo, que le dijo a la agencia AFP que “a partir de mañana, solo funcionará la fibra óptica”, pues “recibimos instrucciones de las autoridades recientemente”.
Según información de medios internacionales, en Birmania muy poca gente cuenta con conexión a internet de gran velocidad.
Esta decisión se tomó luego de las multitudinarias protestas en contra de la junta militar que lleva gobernando el país desde principios de febrero. Miles de personas han salido a mostrar su descontento en la calle, lo cual ha provocado una fuerte represión por parte de los militares, quienes han aplicado la fuerza para dispersar a la población y han causado la muerte de, al menos, 55 personas en varias regiones del país.
Esta situación ha generado preocupación en la comunidad internacional, pues el miércoles la Organización de las Naciones Unidas alertó de una posible “guerra civil” en Birmania, debido a la actual crisis que vive el país.
“La crueldad de los militares es demasiado grave y muchas organizaciones étnicas armadas manifiestan claramente su oposición, aumentando la posibilidad de una guerra civil a un nivel sin precedentes”, dijo la emisaria de la ONU en Birmania, Christine Schraner Burgener, durante una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad.
La funcionaria agregó que “un baño de sangre es inminente” e instó al Consejo a considerar todos los medios a su disposición para “tomar medidas colectivas y hacer lo que sea necesario, lo que merece el pueblo birmano, para evitar una catástrofe multidimensional en el corazón de Asia”, añadió.
China no está de acuerdo con las sanciones
Según varios diplomáticos citados por la AFP, China pidió un plazo antes de adoptar una propuesta de texto formulada por el Reino Unido, lo que no permitió que se tomara una decisión sobre la situación en dicho país. Se espera que en los próximos días se pueda definir qué decisión tomar.
Cabe mencionar que el gigante asiático no está de acuerdo con las sanciones que el Consejo de Seguridad aplicó a los militares birmanos, ya que esto “solo agravarán la tensión y la confrontación”, según dijo el embajador chino ante la ONU, Zhang Jun, durante la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad.
No obstante, el diplomático abogó por “volver a una transición democrática en ese país” y añadió que “la violencia y el derramamiento de sangre no beneficia a nadie” y pidió a “todas las partes” que “mantengan la calma (y) actúen con moderación”, pero sin amenazar con sanciones, algo que, según la AFP, vienen pidiendo otros países como Estados Unidos o el Reino Unido.
Los países a favor de las sanciones han venido denunciando la represión y la violencia con la que actúan las Fuerzas Armadas de este país del sudeste asiático, pues organizaciones de derechos humanos han denunciado la muerte de decenas de personas a manos de los militares.