La más alta jurisdicción alemana ordenó el martes a Facebook que cese de recopilar automáticamente y sin un acuerdo previo específico los datos personales de usuarios de sus aplicaciones como Whatsapp o Instagram. "No existe ninguna duda sobre la posición dominante de Facebook en el sector de redes sociales así como sobre la utilización de esa posición dominante", explicó el Tribunal Federal alemán, que confirmó en apelación un dictamen del año pasado de la Autoridad nacional de Competencia.
Tras es dictamen, Facebook había presentado una apelación contra la Oficina alemana anti-cártel ante un tribunal que falló a su favor. La decisión de la más alta jurisdicción anula la sentencia del tribunal e inflige una derrota al grupo estadounidense. "Facebook no da ninguna posibilidad de elegir", justificó el presidente del Tribunal Federal, Peter Meier-Beck. El fallo se aplica con efecto inmediato para Facebook, que debe revisar sus clausulas contractuales. La justicia alemana reprocha a la red social el hecho de abusar de su posición dominante al imponer clausulas contractuales abusivas a sus usuarios de diversas plataformas. Las autoridades alemanas exigen a Facebook que solicite "el acuerdo explícito" de sus alrededor de 30 millones de usuarios en el país para ciertas clausulas.
La autoridad de la competencia quiere, en particular, que el grupo pregunte con antelación a sus usuarios antes de conectar a su cuenta Facebook los datos obtenidos a través de las aplicaciones que le pertenecen, como Instagram y Whatsapp, o gracias al botón "Me gusta" insertado en páginas de internet de terceros. Su presidente, Andreas Mundt, celebró la decisión del Tribunal Federal. "Los datos privados son un instrumento decisivo del poder económico y del lugar del mercado de internet" de los grandes grupos, declaró. "Cuando se recopilan datos ilegalmente, la intervención de la autoridad de la competencia debe ser posible".
Hasta el momento, Facebook rebatía las denuncias alemanas, al estimar que no se aprovecha de ninguna posición dominante ante sus competidores como Twitter o Snapchat. El grupo estimaba además que había cambiado suficientemente sus parámetros de confidencialidad, conforme al Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD).