La violencia en Haití no cesa en medio de la grave crisis social, económica y sanitaria que vive. La anarquía impera en las calles tras el asesinato de Jovenel Moïse y la crisis de hambre y las enfermedades siguen avanzando.
Precisamente, en medio de la ola de violencia, y ante la aparición de distintos grupos delincuenciales que luchan por tomar el poder en las calles, el pasado lunes, 24 de abril, se conoció la ocurrencia de un acto de justicia por mano propia, donde una multitud, cansada de los atropellos en su contra, decidió tomar la justicia por mano propia.
Según el informe de la prensa internacional, un grupo de ciudadanos arremetió contra una banda de ilegales, cobrando la vida de más de una docena de ellos.
Los hechos ocurrieron en la ciudad de Puerto Príncipe, capital de Haití, más precisamente en el barrio Canapé-Vert, donde la turba ciudadana linchó a los delincuentes, a quienes además prendieron fuego con resultados mortales.
De acuerdo con la recolección de datos presentada por medios internacionales que hacen presencia en ese país, los hechos se presentaron después de que en medio de operativos de control, tras la ocurrencia de tiroteos, las autoridades policiales interceptaron un bus de servicio público en el que se movilizaban cerca de 14 personas armadas, que, al ser puestas en evidencia, fueron objeto de linchamiento por parte de la comunidad.
No obstante, la acción violenta por parte de los miembros de la comunidad fue más allá de los simples golpes, y entre la turba indignada surgieron personas que portaban gasolina y decidieron arrojarla sobre los delincuentes para, acto seguido, prenderles fuego.
En medio de la reprimenda social, la turba de ciudadanos enardecidos también decidió encender algunos neumáticos, ubicándolos incluso sobre parte de los hombres heridos, lo que aumentó la tragedia.
La reacción civil, igualmente criminal, ocurrió luego de que las autoridades despojaron a los presuntos delincuentes de sus armas y de municiones que eran cargadas en morrales.
Uno de los hechos que ha causado indignación, después de la difusión de videos que muestran lo sucedido, es la forma en la que, pese a que los agentes policiales presenciaron el ataque con fuego, no hicieron ninguna clase de acción orientada a proteger a los delincuentes o a sancionar la ‘conducta asesina’ de la turba.
Según detallan medios locales, la reacción civil también se presentó luego de recientes hechos en los que miembros de organizaciones criminales han intentado intimidarlos en zonas como Turgeau, donde el reporte de las autoridades da cuenta de la existencia de amenazas y saqueos a varios sectores residenciales buscando incluso el desplazamiento de las comunidades por parte de los violentos.
De acuerdo con la denuncia elevada por habitantes locales, la Ciudad de Puerto Príncipe se ha convertido cada vez más en un territorio en disputa por parte de las organizaciones delictivas, las cuales poco a poco han ido buscando ganar terrenos para imponer su ley y dominio en ellos en medio de un paraestado, una situación policial que contrasta en tanto no cuentan con las suficientes herramientas para lograr imponer el orden social.
De acuerdo con lo revelado por medios como NBC News, se calcula que las bandas delictivas han tomado el control de cerca del 80 % del área metropolitana de Puerto Príncipe, donde operan entre 200 y 300 pandillas.
El país también está sumido en una evidente crisis sanitaria por cuenta del incremento de la ola de cólera, y las bajas herramientas y garantías con las que cuentan las autoridades de salud para responder a ella.
Sobre la ola de cólera, se calcula que esta ha causado cerca de 600 personas muertas desde el pasado mes de octubre.