Un nuevo episodio en el caso Navalny se escribe en Rusia, donde el principal líder opositor al régimen de Vladimir Putin, Alexei Navalny, actualmente privado de la libertad, compareció el jueves 22 de junio ante la Corte Suprema de ese país.
Navalny sustentó una reciente demanda hecha a las autoridades, impugnando una medida que han tomado en su contra porque los agentes penitenciarios le han privado de la posibilidad de tener papel y lápiz.
En medio de su queja, el líder opositor manifestó que, en medio de las estrictas condiciones de aislamiento en las que se le ha obligado a permanecer, debería permitirse al menos poseer medios para su reflexión y ejercicio mental, tales como papel y lápiz, advirtiendo que ese permiso no se le ha concedido ni siquiera bajo limitantes de tiempo.
El líder opositor advirtió en su comparecencia que si bien a otros reos también los han privado del derecho de tener bolígrafos y papel, por lo menos se les permite el acceso a ellos al menos por 15 minutos diarios. Pero en su caso, este beneficio se ha suprimido totalmente en medio de una medida que considera violatoria en su contra.
Sobre el particular, Navalny señala como responsable al director de la cárcel en la que actualmente se encuentra recluido, cumpliendo una sentencia que, ante los ojos de las organizaciones internacionales, se trata de una causa acomodada para poder tenerlo tras las rejas.
Dicha sentencia responde a nueve años de prisión, tras ser acusado de fraude y desacato, y la purga en una colonia penal de máxima seguridad, o cárcel de extrema seguridad en la localidad de Melekhovo, ubicada a 250 kilómetros de Moscú.
Actualmente, en contra de Navalny, también purga un proceso por el delito de extremismo, que podría acarrear una pena de cerca de dos décadas tras las rejas.
La queja por la privación de papel y lápiz, es una más de las constantes denuncias que realiza el líder opositor de 47 años, quien en múltiples ocasiones ha advertido ser víctima de atropellos y actos violatorios a sus derechos como convicto. Sin embargo, la totalidad de las quejas que presenta el preso han sido rechazadas por los tribunales rusos.
Sobre la comparecencia de Navalny ante el tribunal judicial para presentar su queja, medios internacionales han precisado que esta se cumplió en respeto a las estrictas medidas de aislamiento de las que es objeto el político, razón por la que ello se desarrolló a través de una videollamada.
Pese a las demandas del líder opositor, la justicia de Rusia advirtió que no existirían irregularidades o faltas en las normas de la penitenciaría, pero reconoció que debería reconocerse el derecho de acceso a papel y lápiz al reo, siempre y cuando no existieran otras disposiciones por parte de la cárcel, referidas a castigos o a la imposición de otras tareas para el detenido.
Sin embargo, pese al reconocimiento de derechos por parte del tribunal, Navalny reiteró que el ‘deber ser’ que advierten quienes imparten justicia no se cumple en la prisión en la que está recluido, sin embargo, su alegato no fue escuchado por el tribunal que desestimó la demanda.
Navalny, reconocido por sus demandas sobre la existencia de corrupción en el aparato estatal, y por la promoción de manifestaciones, se encuentra privado de la libertad desde el año 2021, más precisamente en el mes de enero, fecha en la que regresó a Moscú, proveniente de Alemania. Allí, recibió tratamiento médico tras el caso de envenenamiento que ocurrió cuando se encontraba en Siberia, y que atacó su sistema nervioso; hechos de los que se ha culpado internacionalmente al Kremlin.
Durante su permanencia en la cárcel, Navalny ha estado expuesto a reclusión en una celda de castigo con espacio muy restringido, y señalado de múltiples faltas leves, como errores en el uso de las prendas penitenciarias o asearse en horarios no permitidos.
En medio del proceso que lleva Navalny privado de la libertad, sus simpatizantes también han advertido que las autoridades rusas le han privado de las debidas atenciones médicas pese a su delicado estado de salud.