La Justicia uruguaya ordenó realizar pericias técnicas en un avión hallado cerca de Montevideo presuntamente usado para trasladar detenidos en el Plan Cóndor de coordinación entre las dictaduras sudamericanas en las décadas de 1970 y 1980, indicaron el viernes 4 de agosto fuentes judiciales.
La jueza María Helena Mainard resolvió “en carácter de medida cautelar la conservación (...) de la aeronave Hawker Siddeley HS-125, con códigos de identificación 5-T-30 y 25251, actualmente abandonada en el aeropuerto de Melilla”, según una resolución fechada el 6 de julio.
Además, la magistrada dispuso “la realización de un informe pericial técnico para acreditar la numeración original de la aeronave y precisar el estado actual en que se encuentra, oficiándose a esos efectos a la Fuerza Aérea Uruguaya”. Mainard dio lugar así a un pedido del juez argentino Sebastián Casanello, del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº7 de Buenos Aires, firmado el 15 de junio.
Casanello tiene bajo su égida causas del Plan Cóndor, un operativo de coordinación internacional de la represión llevado adelante en las décadas de 1970 y 1980 por los gobiernos dictatoriales de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia.
Según un parte policial incluido en el Archivo del Terror de Paraguay, que reúne documentación referente al Plan Cóndor descubierta en 1992, un avión de la Armada Argentina con la misma matrícula del hallado en Melilla viajó el 16 de mayo de 1977 de Asunción a Buenos Aires para trasladar a cinco militantes de izquierda detenidos en Paraguay por las fuerzas de seguridad.
El documento indica que se trataba de los argentinos José Luis Nell, Alejandro Logoluso y Marta Landi, y los uruguayos Nelson Santana y Gustavo Inzaurralde. Todos permanecen desaparecidos.
Una forma del Cóndor
El avión fue localizado en septiembre de 2022 en el aeropuerto internacional Ángel S. Adami, en las afueras de la capital uruguaya, por Sebastián Santana.
Este ilustrador uruguayo dio con la aeronave mientras buscaba datos para un proyecto de la Universidad de Oxford en Reino Unido, que documenta las violaciones de derechos humanos por parte de las dictaduras del Cono Sur.
Santana declaró ante el juez Casanello el 15 de junio, luego de entregar un informe de sus hallazgos a activistas que buscan esclarecer el destino de detenidos desparecidos en Argentina. “La nave está en mal estado, aunque en una sola pieza”, señala Santana en su reporte titulado “Una forma del Cóndor”.
“En 2013 se le desmanteló parte del panel de navegación, pero sigue siendo un objeto reconocible”, agrega, y aclara que “por las medidas de seguridad del predio” no pudo acercarse al aparato.
Según Santana, el aparato realizó su primer vuelo el 28 de julio de 1970. En abril de 1971 fue incorporado a la Armada Argentina, donde llegó a servir para “el transporte personal del exalmirante argentino Emilio Massera”.
Tras un “grave accidente en Ushuaia” en junio de 1977, y luego de ser utilizado en 1982 “para tareas de observación en la Guerra de Malvinas”, en 1987 se canceló su registro en la Armada argentina. Desde entonces ha estado en manos de civiles, primero de empresas argentinas “para operaciones antigranizo”, y luego de la firma uruguaya AirWolf “para servicios de taxi aéreo”.
El 15 de abril de 2008 hay registro del “estado de abandono” de la aeronave en el aeropuerto de Melilla, apunta el informe. Consultado por AFP, Santana desestimó que haya sido utilizado para los “vuelos de la muerte”, en los que la dictadura argentina arrojaba desde el aire a detenidos opositores. Se siguen descubriendo información de una década que, para gran parte de la sociedad Latinoamérica, es de olvidar.
*Con información de AFP.