En medio de una tensa jornada ante los resultados electorales en Estados Unidos, la candidata demócrata Kamala Harris anunció este miércoles, 6 de noviembre, que no hablará ni realizará ningún discurso en medio de los resultados preliminares, que para el momento le daban la ventaja al republicano Donald Trump con 246 votantes ante 182.
Así lo dio a conocer el copresidente de la campaña de Harris, Cedric Richmond, quien habló en la Universidad Howard, donde miles de seguidores la esperaban.
La vicepresidenta Kamala Harris no se dirigirá a sus partidarios esta noche, pero se espera que hable mañana, dijo el copresidente de su campaña, mientras continúan llegando los resultados electorales de todo el país.
“Todavía tenemos votos por contar. Todavía hay estados en que no han sido declarados ganadores”, dijo Cedric Richmond.
Y es que la directora de campaña de Kamala Harris reconoció que “el camino más claro” para ganar la presidencial estadounidense pasa por imponerse en Michigan, Pensilvania y Wisconsin, es decir, solo tres de los siete estados claves en juego, según un mensaje a su equipo obtenido por la AFP.
“Es una carrera extremadamente ajustada”, escribió Jen O’Malley Dillon, que no menciona Georgia ni Carolina del Norte, este último estado proyectado ya para Donald Trump como ganador, según los medios de comunicación estadounidenses.
Trump ha ganado los comicios en Carolina del Norte y Georgia, con sus 32 votos electorales claves para sumar los 270 necesarios de cara a la victoria final.
Georgia y Carolina del Norte formaban parte de un grupo de siete que Trump y su rival, la candidata demócrata y vicepresidenta del país, Kamala Harris, concebían como absolutamente imprescindibles para ganar.
Georgia, en particular, fue un estado especialmente conflictivo en las elecciones de hace cuatro años porque Trump exigió un nuevo recuento de votos dado el estrecho margen de victoria de su entonces rival, Joe Biden.
Harris, por su parte, habría ganado en las últimas horas el estado de Virginia, que le concede trece votos electorales. La vicepresidenta de EE. UU. ha recabado hasta ahora 182 compromisarios.
Se apaga la fiesta en Howard, caras largas y preocupación
Poco a poco, la ruidosa multitud de simpatizantes de la demócrata Kamala Harris, que cantaba y bailaba a la espera de vivir un “momento histórico” en las presidenciales estadounidenses de este martes, empezó a tener dudas. La ansiedad aguó la fiesta a mitad de la noche.
La imagen contrasta con los primeros minutos de la velada festiva que abarrotaba el césped de Howard, la universidad de Washington conocida como la “Harvard negra” donde Harris espera los resultados de los comicios.
A medida que se acercaba el final del día, los partidarios de la vicepresidenta repetían una y otra vez sus esperanzas de ver por primera vez a una mujer afroamericana al frente de Estados Unidos, sin atreverse apenas a contemplar la derrota.
Pero a medida que se van conociendo los resultados, las caras se iban alargando poco a poco y el ambiente ya no era de festivo. Todo el mundo miraba las pantallas gigantes.
Las primeras proyecciones de resultados son favorables al rival de Harris: el expresidente republicano Donald Trump.
La campaña de la vicepresidenta anunció que no hablará en esta noche electoral.
Esto fue demasiado para Charlyn Anderson, que abandonó Howard incluso antes de que llegara su candidata: “Estoy ansiosa, me voy, mis piernas no pueden más”, dijo.
Si Donald Trump gana, “estoy pensando en el camino que me espera”, explicó, con el semblante desencajado. Agarrando una pequeña bandera estadounidense, alertó: “¿Cómo podemos preservar la democracia ahora?”.
Ken Brown, exalumno de Howard girado hacia la pantalla gigante en la que cada vez se veía más el rojo de los republicanos, está helado: “Es un candidato muy malo, no tiene sentido”.
Detrás de él, el público, muy joven, parecía atónito. “No sé quién vota por él. No entiendo”, se quejó.
Pero cuando los primeros resultados fueron anunciados, los aplausos se apagaron. La noche se tornó sombría.
Nadie se atrevía a hablar de “jornada histórica”, la expresión que estaba en boca de todos. Hasta la cantante, que vestida de blanco y con una corona de plata en la cabeza acudía regularmente a entonar el himno estadounidense, desapareció.
Howard, una institución de referencia en la educación de la élite negra estadounidense, desempeña un papel clave en la historia personal de Harris. Desde que se graduó en 1986, ha vuelto allí a menudo.