En medio del escándalo suscitado en Chile por cuenta de la aparición de las pruebas de una supuesta comunicación sostenida entre la entonces ministra de Desarrollo Social, Jeannette Vega, y el líder de un grupo violento de la Araucanía, conocido como Héctor Llaitul, quien fue detenido en las últimas semanas, que llevó a la renuncia de la ahora exfuncionaria, se conocieron nuevas voces de rechazo a la situación por parte de sectores de la oposición al gobierno de Gabriel Boric.

Las voces que ahora han arremetido con contra de Boric, son precisamente las del líder del Partido Republicano de Chile, el otrora adversario del presidente en la carrera por la Casa de la Moneda, José Antonio Kast, quien advirtió que la renuncia de Vega, si bien era un gesto de esperarse, no era suficiente para disipar el manto de dudas que ahora se ha posado sobre la administración nacional actual.

“Los vínculos de Gobierno con el narcoterrorismo ya son evidentes”, apuntó a través de su cuenta personal el líder opositor, quien cuestionó si la actual administración realmente ha dicho toda la verdad frente al escándalo por los nexos del líder violento con figuras del alto gobierno, y que afecta la imagen popular de Boric y su equipo de trabajo.

En ese sentido, el líder político también afirmó que es necesario conocer la verdad que rodea al caso, advirtiendo que este tema debe ir más allá de la simple renuncia de una ministra.

“Los chilenos tenemos derecho a saber toda la verdad. ¿Cuántos contactos? ¿Quiénes sabían? ¿Quién más está involucrado?”, apuntó a través de un mensaje el excandidato presidencial sobre el escándalo en torno al líder de la llamada CAM; Coordinadora Arauco Mallego, Héctor Llaitul.

Estas nuevas acusaciones por parte de Kast, se conocen apenas pocos días después de que la revelación de la conversación de una asesora de la ministra Vega y el el líder rebelde, despertaran una ola de indignación que obligó a la funcionaria a presentar su carta de renuncia, la cual fue tomada con beneplácito por parte del presidente Boric, quien advirtió que su gobierno trabaja en mejorar las condiciones de pueblos vulnerados ancestralmente, pero que defiende el camino del diálogo como única senda para el cambio, rechazando casos como los de Llaitul, quien ha hecho pública su negativa a abandonar la vía armada.

En su momento, Boric advirtió que hechos como la llamada revelada ‘tienen consecuencias’, aplaudiendo que la ministra asumiera la responsabilidad política.

“Debemos ser cuidadosos del fondo y de la forma. Los hechos que hemos conocido hacen que corresponda hacer valer la responsabilidad política de la ministra”, advirtió en su momento el dirigente, quien vivió así la primera salida del gabinete ministerial que lo acompaña desde que tomó posesión a comienzo de este año.

En sus declaraciones, Boric también aclaró que el pueblo chileno puede tener certeza de que él no ha encargado a ninguno de sus funcionarios el buscar comunicaciones con Héctor Llaitul.

Tras la renuncia de la entonces ministra Vega, la Cámara de Diputados y Diputadas de Chile citó a la ahora exfuncionaria a comparecer ante el pleno para aclarar los hechos que rodearon al llamado ‘telefonazo’ con el hoy detenido por atentar contra la Ley de Seguridad del Estado.

En el seno de la corporación, el tema fue tomado como un asunto de extrema delicadeza, advirtiendo que es necesario que, en ese contexto, también se pueda aclarar si, además de Vega, otros funcionarios del alto Gobierno tuvieron relación con el líder rebelde.

El escándalo Llaitul, llegó en un momento crucial para Chile, en tanto la atención se centra en las votaciones obligatorias, que se realizarán el próximo fin de semana, en la que los ciudadanos chilenos determinarán si están o no de acuerdo con la adopción de la nueva Constitución, en reemplazo de la vigente, legada de la época de Pinochet.

De acuerdo a lo estimado por el diario ADN de Chile, se estima que dicho escándalo puede terminar repercutiendo en las votaciones del referendo, más precisamente en detrimento de la opción del ‘apruebo’, opción que, según las encuestas previas, goza de menor favoritismo.

Para algunos expertos consultados por el referido diario, lo sucedido en el escándalo Llaitul, es un espejo de lo sucedido en la Asamblea Constituyente, sentenciando que quienes tenían privilegios allí, eran los mismos sectores que hoy no condenan el terrorismo, y que también son partidarios de dejar nuevamente en libertad a los detenidos en el marco del estallido social.

No obstante, también hay sectores que han afirmado que el escándalo no ha de tener espejo en el referendo, aclarando que en el proceso participarán muchas personas que si bien no hacen pública su opinión, asistirán a refrendar la nueva constitución, muchos de ellos jóvenes que no han dimensionado del todo lo ocurrido.

La votación del plebiscito se llevará a cabo este domingo, 4 de septiembre, y quien se abstenga de hacerlo, se verá sujeto a una multa de cerca de 180.000 pesos chilenos, que equivalen a cerca de 900.000 pesos colombianos.