Kim Jong Il, el enigmático dictador norcoreano que gobernó su empobrecido país con puño de hierro mientras desarrollaba un programa nuclear armamentista, murió de una falla cardiaca. Tenía 69 años. En una "transmisión especial" efectuada el lunes desde la capital norcoreana, los medios de comunicación estatales dijeron que Kim falleció el 17 de diciembre a consecuencia de un problema cardíaco derivado de una "gran tensión mental y física" durante una "inspección de campo de alta intensidad". Iba a bordo de un tren. Indicaron también que una autopsia que se le efectuó el 18 de diciembre "confirmó cabalmente" el diagnóstico. Se cree que Kim sufrió un derrame cerebral en el 2008, pero parecía relativamente vigoroso en fotos y videos de recientes visitas a China y Rusia, así como en numerosos viajes por todo el país cuidadosamente documentados por la prensa estatal. Al mandatario le gustaban los cigarros y el coñac, y se cree que padecía diabetes y enfermedades cardiacas. "Es la mayor pérdida para el partido (...) y es la mayor tristeza de nuestro pueblo y de la nación", afirmó con voz entrecortada una conductora televisiva vestida con un atuendo tradicional coreano color negro. Dijo que la nación debe "cambiar nuestra tristeza en fortaleza y superar nuestras dificultades". Corea del Sur puso a sus fuerzas militares en "alerta elevada", informaron medios de comunicación surcoreanos, entre ellos la agencia noticiosa Yonhap, y el presidente Lee Myung-bak convocó a una reunión del consejo de seguridad nacional tras enterarse de la muerte de Kim. Las autoridades no pudieron confirmar los reportes de inmediato. La noticia llega en momentos en que Corea del Norte se preparaba para una sucesión hereditaria. Kim Jong Il heredó el poder después de que su padre, Kim Il Sung, el reverenciado fundador del país, murió en 1994. En septiembre del 2010, Kim Jong Il anunció que su tercer hijo, Kim Jong Un, de veintitantos años, sería su sucesor y lo colocó en puestos de alto rango. El tráfico en la capital norcoreana transcurría el lunes con normalidad, pero personas en las calles lloraban al conocer la noticia sobre la muerte de Kim. Corea del Norte dijo que pondría los restos de Kim en el Mausoleo de Kumsusan en Pyongyang y que declararía un período de luto hasta el 29 de diciembre. El funeral de Kim se realizará el 28 de diciembre, agregó. La Casa Blanca emitió un comunicado en el que informaba que el presidente Barack Obama estaba pendiente de los reportes sobre la muerte de Kim. El gobierno de Obama observa con cautela los acontecimiento en la península coreana después de la muerte del líder norcoreano Kim Jong Il y podría aplazar la decisión de restablecer relaciones con el aislado país sobre las conversaciones nucleares y proveerle una importante donación de ayuda alimentaria, dijeron el domingo funcionarios estadounidenses. Se había previsto que el gobierno estadounidense iba a tomar decisiones sobre ambos aspectos esta semana, posiblemente el lunes, pero los funcionarios dijeron que la muerte de Kim podría provocar demoras en el proceso. Los funcionarios hablaron a condición de mantenerse anónimos debido a la situación delicada. Indicaron que a Estados Unidos le preocupaba en particular cualquier cambio que la muerte de Kim podría provocar en las posturas militares entre el Norte y el Sur pero tenían esperanza de que iba a prevalecer la paz. Los mercados bursátiles asiáticos descendieron al conocerse la noticia, la cual incrementa las perspectivas de que aumente la inestabilidad en la dividida península coreana. El índice Kospi de Corea del Sur bajaba 3,9% en 1.767,89, mientras que el Nikkei 225 de Japón perdía 0,8%, ubicándose en 8.331,00. El Hang Seng de Hong Kong descendía 2% a 17.929,66 y el índice compuesto de Shanghai caía 2%, a 2.178,75. AP