En un informe especial filtrado por France Presse a comienzos de la semana, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de una comisión de expertos, confirmó que “Corea del Norte no ha detenido su programa nuclear ni de misiles y ha continuado desafiando las resoluciones del Consejo de Seguridad a través de un masivo incremento de las transferencias ilegales de petróleo de barco a barco, así como a través de envíos de carbón en alta mar durante 2018”.Puede leer: Trump y Kim Jong -un, los nuevos mejores amigosEl informe se filtró precisamente dos meses después de la reunión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el mandatario coreano, Kim Jong-un, en la que ambos establecieron compromisos y fijaron resoluciones que, entre otras cosas, obligaban al gobierno de Pyongyang a la desnuclearización definitiva de la Península Coreana.La crisis nuclear que amenazó al mundo entero en el primer semestre de este año, y que parecía haber terminado con la reunión bilateral, está volviendo a escalar. Esta semana los servicios de seguridad y de inteligencia estadounidenses, luego de la filtración del informe de la ONU, aseguraron que los coreanos están construyendo un nuevo misil intercontinental en la misma planta en la que produjeron el misil balístico que fácilmente alcanzaría las costas de América.Le recomendamos: Por qué son tan importantes para Japón y Corea del Sur los "juegos de guerra" que Donald Trump decidió suspender de manera unilateralLas reacciones de la Casa Blanca no tardaron, y el secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, llamó “inconsistente” al mandatario coreano y aseguró que este “se comprometió con la desnuclearización y el mundo pide que cumpla con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU". El secretario general de la organización, António Guterres, aseguró este miércoles en una reunión con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, que el proceso de desnuclearización de Corea debe ser verificable e irreversible y que las sospechas de la continuidad de su plan solo perjudican el ambiente en la región.En el informe se advierte, además, que las sanciones económicas establecidas contra el gobierno de Pyongyang no han sido efectivas. Su comercialización de petróleo, carbón, combustible y productos textiles sigue en los mismos niveles de siempre y la economía coreana no está sintiendo la presión que busca ejercer el sistema internacional. Siendo así, los compromisos del acuerdo entre Kim Jong-un y Trump no se han cumplido: ni el programa nuclear se detuvo ni las sanciones económicas han sido efectivas.Varios implicadosEl método para evadir las sanciones es tan básico como eficiente. Según el informe, más de 200 compañías coreanas desactivan los GPS de sus barcos para no ser detectados y así evadir los controles aduaneros. Así habrían exportado, además de toneladas de petróleo y carbón, más de 100 millones de dólares en textiles este año.Pero no sólo es cuestión de las empresas coreanas. Quienes compran los productos también forman parte de la trampa. China, México, Turquía, Uruguay y Sri Lanka, entre otros, reciben productos vetados y con ellos comercializan en sus mercados mientras limpian los dineros de Pyonyang. Los gobiernos de estos países facilitan el funcionamiento de la máquina de lavado de dinero del gobierno coreano.Puede leer: Un histórico apretón de manos entre Kim Jong Un y Donald TrumpLas relaciones entre Corea del Norte y Occidente parecen estar, de nuevo, en un punto muerto. Lo que parecía un final feliz es apenas un capítulo de la larga y tensionante historia entre las dos partes. La reunión de la semana pasada de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) se planeó para fortalecer las relaciones comerciales entre los países asiáticos y Estados Unidos y la Unión Europea, ambos invitados especiales. Pero el tema central terminó siendo la desnuclearización de Corea. Será clave la reacción de Trump y, principalmente, la respuesta de China y de los otros países que han facilitado que el régimen sobreviva y financie sus multimillonarios proyectos nucleares. Pero el presidente norteamericano ya hizo el oso con su tan publicitada reunión con Kim en Singapur en junio pasado.