El líder norcoreano, Kim Jong Un, ha instado este jueves a “acelerar” los preparativos de guerra y seguir impulsando el programa nuclear del país asiático a medida que se prepara para desvelar su visión política de cara a 2024.
Durante la novena sesión plenaria del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea, Kim ha pedido tomar medidas para avanzar en este sentido “en todos los sectores”, incluida también la defensa civil, según ha recogido la agencia estatal de noticias norcoreana KCNA.
Asimismo, ha subrayado que la “situación militar” en la península de Corea se ha vuelto “extrema” ante los enfrentamientos “sin precedentes” propiciados por Estados Unidos contra el país. Sus palabras llegan poco después de que alertara de que Pyongyang “no dudará” a la hora de lanzar un ataque nuclear en caso de “provocación”.
Seúl, Tokio y Washington han intensificado recientemente su cooperación en materia de defensa ante el gran número de ensayos armamentísticos realizados por Pyongyang a lo largo de este año y han activado un sistema para intercambiar datos, precisamente, sobre estos lanzamientos.
A principios de este mes, un submarino de propulsión nuclear estadounidense llegó a la ciudad portuaria surcoreana de Busán. Además, Estados Unidos ha desplegado varios bombarderos durante una serie de maniobras militares conjuntas con Corea del Sur y Japón.
Corea del Norte considera este tipo de participación como “maniobras intencionadas de provocación” por parte de Estados Unidos y ha lanzado con éxito un satélite militar de reconocimiento que ha puesto en alerta a los países vecinos.
Kim Jong-un emite advertencia de ‘ataque nuclear’ en caso de provocación
Los recientes comentarios de Kim Jong-un surgieron como respuesta directa a un encuentro que tuvo lugar la semana pasada entre Corea del Sur y Estados Unidos en Washington.
Durante esta reunión crucial, los representantes de ambas naciones se sumergieron en discusiones sustanciales sobre la disuasión nuclear y la preparación estratégica en el caso de un conflicto con Corea del Norte.
La agenda de la reunión abarcó temas cruciales, entre ellos la “planificación nuclear y estratégica”, señalando la gravedad y la complejidad de las conversaciones. En este contexto, los aliados, es decir, Estados Unidos y Corea del Sur, reafirmaron con contundencia que cualquier hipotético ataque nuclear llevado a cabo por Pyongyang en contra de Estados Unidos y Corea del Sur tendría como consecuencia inmediata y contundente el colapso del régimen norcoreano.
Pero Kim dijo a la oficina de misiles de sus fuerzas armadas: “No duden incluso en (lanzar) un ataque nuclear cuando el enemigo lo provoque con armas nucleares”, informó el jueves la agencia oficial KCNA.
Washington, Seúl y Tokio divulgaron posteriormente un comunicado en el que urgieron al Norte a “dejar de realizar provocaciones y aceptar nuestro llamado a participar en un diálogo sustantivo sin condiciones”.
Los tres países han intensificado la cooperación militar de cara a la ola de pruebas nucleares realizadas este año por el Norte, y el martes activaron un sistema para compartir información en tiempo real del lanzamiento de misiles norcoreanos.
El Norte lanzó el lunes su misil balístico más potente, el Hwasong-18, y lo calificó como “una contramedida de advertencia” frente a lo que llamó actos de “amenaza militar” de Washington y sus aliados.
Estado de guerra
La semana pasada, un submarino estadounidense de propulsión nuclear llegó al puerto surcoreano de Busan, y el miércoles Estados Unidos desplazó bombarderos de largo alcance para efectuar maniobras con Corea del Sur y Tokio.
El Norte enfatizó recientemente que “la península coreana está en estado de guerra por ley” y que los “medios estratégicos” enviados por Washington al Sur serán “los primeros blancos de destrucción”.
En octubre, cuando un bombardero estadounidense B-52, con capacidad de portar armas nucleares, participó en su primera maniobra conjunta con Seúl y Tokio, el Norte calificó el ejercicio como “acciones provocadoras intencionales de guerra nuclear por parte de Estados Unidos”.
Pyongyang ve las maniobras de Estados Unidos y sus aliados como el ensayo de una invasión y ha justificado sus numerosos lanzamientos de misiles como “contramedidas” necesarias.
El Ministerio de Defensa surcoreano ha realizado últimamente declaraciones inusualmente incendiarias, y la semana pasada advirtió que Pyongyang enfrentará un “infierno de destrucción” si participa en cualquier acción “temeraria” que “destruya la paz”.