El avance de la guerra entre Rusia y Ucrania continúa dejando a cientos de personas en la incertidumbre. De hecho, familiares de los combatientes ucranianos atrapados luego de la acería de Azovstal en el puerto de Mariúpol, pidieron al presidente chino ayuda para evacuarlos.

“Hay una persona en el mundo a la que Putin le resultaría difícil decir que no. Confiamos en que China, fuerte y noble, pueda tomar decisiones difíciles por una buena causa”, dijo Natalia Zarytska, esposa de un combatiente, en una conferencia de prensa en Kiev.

En ese sentido, señalaron que los rusos están retrasando deliberadamente las cosas para prolongar la “tortura” a los combatientes ucranianos.

“Llamamos a su Excelencia, el presidente chino, Xi Jinping, a mostrar una gran sabiduría oriental y a trabajar para salvar a los defensores de Mariúpol”, añadió, en una sala donde se había colgado un retrato del líder chino.

Cabe señalar que se trata de cerca de 1.000 soldados ucranianos, los que siguen presentes en las galerías subterráneas. Además, se conocieron datos de que al menos 600 están heridos y son víctimas de todo tipo de ataques y armas que son “lanzadas desde mar, aire y tierra, inclusive prohibidas. No es la guerra, es una masacre”, dijo uno de sus comandantes.

Hasta el momento, China se ha mantenido al margen de la situación, pues no ha condenado la guerra. Sin embargo, los familiares y algunos combatientes de Azovstal han estado pidiendo ayuda y apoyo de Turquía, Estados Unidos y ahora China.

Por otro lado, Mariúpol sigue siendo uno de los territorios más afectados por la guerra, tanto así que la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha denunciado que en Ucrania siguen cometiéndose todo tipo de abusos que podrían ser constitutivos de crímenes de guerra y que tienen como principal víctima a los civiles, como ha quedado de manifiesto con el hallazgo de más de mil cadáveres en la región de Kiev y los “miles” de muertos que se estima hay en Mariúpol, escenario de “horrores inimaginables”.

Bachelet ha hecho balance este jueves de una guerra que, al día de hoy, sigue sin tener un número claro de víctimas, ya que si bien ha confirmado el fallecimiento de unos 3.500 civiles, asume que “los datos reales probablemente sean mucho mayores”.

El recuento de la oficina de la ONU, que ya ha realizado dos visitas sobre el terreno, solo se basa en datos verificados. “En zonas de intensos enfrentamientos, principalmente en Mariúpol, ha sido difícil que mi equipo pudiese acceder y obtener y corroborar información”, ha dicho Bachelet.

En las localidades cercanas a Kiev se han registrado muertes directas por combates, pero también ejecuciones sumarias o fallecimientos derivados indirectamente de la guerra, bien por las repercusiones que ha tenido en la salud de los civiles o por la falta de atención médica.

Algunas personas “han pasado semanas en sótanos recibiendo amenazas de soldados rusos”, ha recordado Bachelet, que ha citado como ejemplo la reclusión durante 28 días de 360 personas, 74 de ellas niños, en el sótano de una escuela de la región de Chernígov. “Murieron diez personas mayores”, ha lamentado.

La expresidenta chilena ha considerado también “impactantes” las ejecuciones perpetradas en zonas al norte de la capital, Kiev ―al menos 300, aunque “las cifras seguirán aumentando a medida que salen nuevas pruebas”―. La localidad de Bucha ha sido uno de los símbolos de la barbarie durante esta guerra.

*Con información de Europa Press.

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