En 2014, uno de los crímenes más impactantes que le dieron la vuelta al mundo fue el que se descubrió cuando un taxista de Bali denunció que pasajeros habían dejado un cadáver en una maleta.
Crímenes se reportan todos los días, pero este llamó la atención, dado lo pequeña que era la valija, nadie creería que allí cupiera un cuerpo humano.
La muerta resultó ser Sheila von Wiese-Mack, de 62 años, viuda del prestigioso músico James Mack.
Pronto, las pesquisas llevaron a las autoridades a concluir que los culpables de su muerte, a causa de heridas por golpes, fueron su hija Heather Mack, de 18 años, y su novio Tommy Schaefer, de 27.
En el país asiático, la pareja fue condenada por el asesinato. A Schaefer le dieron 18 años tras las rejas, mientras que ella obtuvo diez, aunque salió a los siete por buena conducta.
Sin embargo, en Estados Unidos le esperaba el proceso por el mismo crimen, por el cual se acaba de declarar culpable.
El juicio, en un tribunal federal de Chicago, ha servido para volver a recordar las horribles circunstancias en que murió la viuda.
Como se lo contó la propia Heather a People, ella y su madre tenían una relación muy tormentosa.
Por un lado, decía, no concebía que su hija algún día se separaría de ella. Un apego que contrastaba con el modo en que despreciaba todo lo que Heather hacía.
Mack también evocó en esa revista que, de niña, Sheila la sometía a conductas tan perturbadoras como hacerla robar cosméticos en los almacenes.
En 2014, emprendieron un viaje a Bali en el cual también tomó parte Scheafer.
Una mañana, las dos mujeres se trenzaron en una de sus acostumbradas peleas, motivada, al parecer, porque la madre se enteró de que su hija esperaba un bebé de su compañero sentimental.
En principio, la pareja aseguró que, al saber del embarazo, amenazó con matar a la criatura.
Luego, decían también, de se abalanzó al cuello a Scheafer y estuvo tratando de estrangularlo por 30 segundos.
La defensa alegaba que cuando la pelea entre Sheila y Scheafer se tornó muy violenta, Heather se escondió en el baño de la habitación del hotel.
Sin embargo, la fiscalía desmintió todo lo dicho por Heather y expuso que ella y su novio premeditaron la muerte de Sheila para que ella pudiera entrar en posesión de un fideicomiso de 1,5 millones de dólares que le dejó su padre.
Así mismo, la acusación dijo que tenía el video de los dos tratando de meter la maleta con el cadáver en el baúl de un taxi en Indonesia. La valija resultó ser la misma que impactó al mundo por su reducido tamaño.
En un giro del caso, Heather se declaró culpable, luego de sostener insistentemente que era inocente.
Las condenas que la justicia indonesia les impuso a los novios fueron consideradas muy indulgentes en Estados Unidos por los familiares de Sheila, así que ahora esperan un castigo realmente ejemplar.
De acuerdo con Los Ángeles Times, acordó pagar 28 años de cárcel con la fiscalía por declararse culpable.
En cuanto al bebé que esperaba cuando sucedieron los hechos, fue una niña a la cual Heather llamó Stealla.
La pequeña estuvo con en ella hasta los 2 años en la cárcel donde purgaba su pena en Indonesia.
Desde ese momento, el destino de la niña ha sido accidentado. Primero, le fue entregada a una familia en el país asiático. Luego, su custodia le fue concedida a una amiga de ella, Oshar Putu Melody Suartama, de origen australiano e indonesio.
Luego la tuvo Favia, abogada de Heather, pero la devolvió y Suartama, se volvió a hacer cargo de ella, pero, de acuerdo con ABC7, fue forzada a entregársela a Lisa Hellman, prima de Heather, el año pasado.