Un insólito caso se dio a conocer en la ciudad de Oxfordshire, Inglaterra, donde un hombre apuñaló en más de 100 oportunidades a su esposa y después llamó a la línea de emergencias para confesar el crimen.
El agresor fue identificado como Mihai Hurmuz-Irimia, de 29 años, y la víctima era Katie Hurmuz-Irimia, de 40.
De acuerdo con las autoridades de Inglaterra, el crimen se registró el 30 de agosto de 2022, pocos días después de que la pareja regresara de unas vacaciones donde celebraron su quinto aniversario de bodas.
Todo inició en las vacaciones que tuvieron y las cuales, aparentemente, el hombre habría arruinado tras beber en repetidas ocasiones con el personal de los lugares donde se quedaron, olvidando de esta forma a su esposa, quien le reclamó por el hecho.
A pesar de que el problema habría iniciado durante el viaje, Mihai decidió esperar algunos días para cometer el crimen al interior de la vivienda donde vivían, lugar en el que apuñaló a la mujer hasta en 171 oportunidades.
De acuerdo con varios detalles se han revelado en medio del juicio, el día del asesinato el sujeto habría consumido cocaína. Además, después de cometer el crimen, el hombre decidió darse una dicha y posteriormente ver televisión.
Tras varios minutos, finalmente tomó un teléfono y llamó a la línea de emergencia para confesar el crimen, llamada que duró alrededor de 20 minutos y que fue escuchada por el jurado del caso.
“Creo que maté a mi esposa, la apuñalé por todas partes. Necesito que me encierren, estoy loco, mi cabeza me dijo que hiciera algo (...) Te dije que mi cerebro está mal. Hay mucha sangre en el pasillo, ni quiera puedo mirarlo”, dice el hombre en la llamada revelada por el diario Daily Mail.
Tras conversar durante algunos minutos, el trabajador de la línea de emergencia le pide a Mihai que le asegure que no será un peligro para los uniformados de Policía que se desplazaban en ese momento hasta la vivienda. Ante esto, el hombre responde: “No soy un peligro para nadie. Bueno, obviamente lo soy para mi esposa”.
En medio del juicio, que culminó el martes 25 de julio, el sujeto manifestó que estaba sufriendo un supuesto trastorno de personalidad. Sin embargo, sus palabras no le sirvieron, pues el jurado tomó su decisión después de deliberar un poco más de tres horas y media.
“La sentencia será cadena perpetua, pero necesito establecer un término mínimo que debe cumplir antes de ser elegible para solicitar la libertad condicional”, indicó el juez del caso.
Por su parte, el fiscal John Price, citado por el Daily Mail, aseguró que presuntamente Mihai estaba resentido por los reclamos que le hacía su esposa por la bebida, esto con el objetivo de que finalmente se alejara del trago.
“Este fue el asesinato de una mujer por el cual este acusado fue totalmente responsable y ha tratado de ocultar esa responsabilidad mintiendo o negándose a declarar lo que realmente sucedió”, señaló el funcionario.
“La llamada a la Policía fue todo sobre él, un intento egoísta de ganar simpatía y retratarse a sí mismo bajo una mejor luz. Posteriormente, no rindió cuentas en su entrevista con la Policía ni en el juicio, lo que dejó a la familia de Katie buscando respuestas”, agregó.
La familia de la víctima estuvo presente durante el juicio y tuvo que observar algunas de las fotografías que facilitaron las autoridades sobre la escena del crimen. En estas se observan varias de las heridas que tenía la mujer y grandes chorros de sangre en la habitación y en el pasillo, lugar donde fue encontrado el cadáver.