Vangelia Pandeva Dimitrova, más conocida como Baba Vanga, era una mujer originaria de Bulgaria que, supuestamente, tenía el don de predecir el futuro. Aunque falleció en 1996, hoy, 25 años después, sus profecías todavía llaman la atención de los curiosos.

Baba Vanga, quien según la historia murió a causa de un cáncer de mama, entregó cinco profecías en vida, de las cuales una ya se cumplió. Vangelkia aseguraba escuchar voces de otra dimensión, del más allá, las cuales le hablaban sobre hechos futuros en el mundo, como catástrofes, guerras, crisis internacionales y decesos de personas reconocidas en todo el planeta.

Cuando se revelaron las profecías para el año 2022, una de ellas llamó la atención, pues hablaba de una crisis política internacional inminente y de gran envergadura, lo cual fue tomando sentido al estallar el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Situación que ha tenido efectos políticos y económicos en todo el mundo.

Una de las primeras profecías habla sobre el uso de armas químicas en la guerra, situación que concuerda con los riesgos en el uso de este tipo de armamento por parte de Rusia. Esto con el objetivo de ganarle la guerra a Ucrania.

“Un gran país llevará a cabo investigaciones sobre armas biológicas en personas, lo que podría provocar la muerte de millones de seres humanos”, señala.

Las armas biológicas están prohibidas en cualquier conflicto bélico. (imagen de referencia) | Foto: Libre de derechos

Según las predicciones de la mujer, la tendencia a que se produzcan fenómenos naturales que impacten la economía y estilo de vida de las personas continuará en el 2023. Pero uno de esos fenómenos puede generar daños a nivel global.

Baba Vanga predice una tormenta solar que tiene la capacidad de dañar las comunicaciones en todo el planeta, esto tiene que ver con las afectaciones que suelen tener los satélites por el aumento en la radiación solar. Increíblemente, los científicos estiman que en el 2023 habrá una tormenta solar, la cual se calcula se presente el 23 de abril del próximo año.

Esta afecta los campos magnéticos del planeta por lo que se podría ver reflejado en fallas en la conexión de internet, redes de comunicaciones y una afectación en los animales.

Cabe destacar que este es considerado como un fenómeno natural y no es necesario catalogarlo como una señal catastrófica, pues la Tierra posee su protección natural ante este tipo de condiciones. Los desechos que brotan del Sol, o eyecciones de masa coronal (CME), generalmente tardan entre 15 y 18 horas en llegar a la Tierra, indicó el Centro de Predicción del Clima Espacial.

Las tormentas solares afectan los campos magnéticos del planeta por lo que se podría ver reflejado en fallas en la conexión de internet, redes de comunicaciones y daño a los animales. | Foto: Getty Images

La Nasa, por su parte, explicó que este tipo de erupciones solares tiene la capacidad de afectar el planeta cuando se producen en el lado del Sol orientado hacia la Tierra. Esto debido a que las erupciones están formadas por fotones y serían recibidos directamente desde el lugar solar donde se produjo el evento.

De acuerdo con un artículo del medio estadounidense ‘The Huffington Post’, algunas profecías de Baba Vanga habrían coincidido con hechos como el hundimiento del submarino ruso Kursk, en agosto del año 2000, el tsunami de 2004, la elección de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos y los atentados del 11 de septiembre; incluso, también habría anticipado el coronavirus.

Según la historia de Baba Vanga, la mujer habría perdido la visión luego de quedar atrapada dentro de un tornado. El polvo y la arena inundaron sus ojos, lo que ocasionó que perdiera gradualmente su capacidad de ver. Este habría sido un punto de inflexión para su vida, ya que fue en ese momento que consiguió sus supuestos poderes místicos.

Se dice que Baba Vanga, antes de morir, habría realizado predicciones hasta el año 5079. De acuerdo con sus últimas visiones, se esperan otros tiempos llenos de nuevas enfermedades y catástrofes naturales.

Por su puesto, este tipo de profecías carecen de todo fundamento científico, pero forman parte de la cultura de la incertidumbre que se ha creado a raíz de supuestos profetas.