La Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) emitió recientemente un llamado de alerta a todas sus unidades y bases a nivel internacional debido a que un alto número de informantes que realizan labores de espionaje para el gobierno estadounidense han sido capturados o asesinados en los últimos años.
Así quedó expresado en un cable de alto secreto que la agencia de inteligencia le envió a sus bases internacionales y que fue revelado por el medio norteamericano The New York Times. El cable incluía el número exacto de personas que han sido arrestadas, asesinadas o cuyas labores han sido contrarrestadas por los servicios rivales.
En ese sentido, los funcionarios de contrainteligencia estadounidenses calificaron el panorama como “preocupante” y alertaron a los responsables del reclutamiento de informantes en países extranjeros para que revisen sus labores. El documento pide que no se subestimen las capacidades de contrainteligencia de los servicios rivales y que se mejoren los procesos de selección.
De acuerdo con la información revelada por el medio norteamericano, en los últimos años los servicios de inteligencia de países como Rusia, China o Irán han intensificado labores para buscar a las fuentes de la CIA y convertirlas en agentes dobles. Todo indica que estos países también han mejorado sus capacidad tecnológicas.
Por ejemplo, las agencias rivales han sofisticado sus herramientas de escaneos biométricos, reconocimiento facial, inteligencia artificial y herramientas de piratería que permiten hacerle seguimiento a los movimientos de los oficiales de la CIA. Ante esa situación, la agencia de inteligencia estadounidense insiste en que es necesario tomar medidas.
Otra de las advertencias de la agencia es que se ha cometido el error de reclutar informantes “demasiado rápido”, sin prestar suficiente atención a los riesgos y las capacidades de las agencias rivales. En el cable enviado a las unidades internacionales también se alerta sobre el riesgo que implica “confiar demasiado rápido” en los informantes.
Aunque los funcionarios norteamericanos admitieron que este tipo de problemas no son nuevos, sí resaltaron que se trata de una situación que debe ser abordada de manera urgente. También reconocieron que la mayoría de labores de inteligencia a nivel internacional se han concentrado en los últimos años en países como Afganistán, Irak y Siria.
Por esa razón, el documento plantea que otro de los objetivos urgentes deberá ser fortalecer las tareas de inteligencia sobre potencias globales como China y Rusia.
Cabe resaltar que el ejército estadounidense se retiró completamente a finales de agosto de uno de sus países estratégicos: Afganistán. Desde diciembre de 2014 el expresidente Barack Obama había anunciado el fin de las primeras operaciones de combate en ese país, que ahora es gobernado por el movimiento extremista de los talibanes.
Posteriormente, con la llegada de Donald Trump, los términos cambiaron. Si bien el republicano apoyaba el regreso de los soldados, dijo que no se retirarían de Afganistán hasta que la situación así lo permitiese.
Más adelante, en febrero de 2020, el republicano llegó a un acuerdo con los talibanes y les aseguró que sacaría a las tropas del país en un plazo de 14 meses, en el marco de las conversaciones de paz adelantadas en Doha (Catar). Finalmente, el actual presidente Biden anunció en abril que retiraría sus tropas, acción que comenzó en mayo y que finalizó en agosto.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, prometió que el gigante asiático ayudará con víveres, vacunas, medicamentos y suministros para el invierno al nuevo gobierno del grupo extremista talibán en Afganistán. Yi insistió en que los países occidentales deben respetar la soberanía e independencia de Afganistán, como recoge la agencia de noticias Reuters.
Las ayudas prometidas por el funcionario chino para ayudar a superar la crisis que atraviesan los afganos desde la retirada norteamericana representarán en total unos 31 millones de dólares.