Desde hace un mes, en lo que parecen ser varias filtraciones organizadas, los medios estadounidenses citan a responsables militares anónimos criticando la estrategia de Ucrania. Básicamente, culpan a Ucrania de una cierta dispersión en el frente.
“Recientemente ha empezado a enraizarse un nuevo relato [...], sobre todo por parte de responsables del Pentágono, según los cuales la ofensiva estaría suponiendo una verdadera decepción”, apuntó a finales de agosto Lawrence Freedman, del King’s College de Londres. “Se están planteando cuestiones sobre si Ucrania podrá ganar” la guerra, señaló.
No obstante, ante los micrófonos, el tono sigue siendo cordial. La ofensiva “es lenta. Es algo cruento, hay muchas pérdidas de un lado y de otro”, declaró a la AFP el jefe del Estado Mayor estadounidense, Mark Milley.
“Es justo decir que los ucranianos han tenido un éxito parcial hasta ahora. Penetraron por lo menos en el primer cinturón defensivo, están atacando el segundo”, agregó. Pero Boguslawa Pacek, un general polaco retirado, consideró, en el portal Biznesalert, que, dado el ritmo de la contraofensiva, no se podía “esperar que alcance sus objetivos antes de la temporada de lluvias de este año”.
Escupir en la cara
Robert Brieger, presidente del comité militar de la Unión Europea (UE), fue incluso más lejos en el diario Die Welt. “Cabe preguntarse si se puede restablecer la plena soberanía de Ucrania con los medios disponibles”, declaró. “Una victoria militar de Ucrania puede constituir una salida atractiva para esta guerra, pero no es de prever”.
El jueves, el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, se rebeló. “Criticar la lentitud de la contraofensiva equivale a escupirle en la cara al soldado ucraniano que está sacrificando su vida”, lanzó al margen de una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de países de la UE en España.
“A todos los que critican, les sugiero que cierren [la boca], vengan a Ucrania e intenten liberar un centímetro cuadrado por sí mismos”, añadió. Las críticas, de hecho, obedecen en muchos casos a intereses políticos.
A un año de las presidenciales en Estados Unidos, “se quiere obtener resultados bastante rápido [...] y mostrar que la ayuda estadounidense sirve de algo”, consideró el historiador militar Michel Goya.
La relación sigue siendo buena
Desde este punto de vista, a Ucrania se la puede elogiar al menos por una cosa: su constancia. Su presidente, Volodimir Zelenski, no ha dejado de pedir más armas a sus aliados desde que empezó el conflicto.
En una de esas campañas de comunicación que tanto le gustan al mandatario, el Ministerio ucraniano de Defensa publicó el jueves en X (ex-Twitter) un video con el comentario: “Ahora todo el mundo es experto en cómo deberíamos luchar. Un recordatorio educado de que nadie entiende esta guerra mejor que nosotros”.
Entre dos imágenes de tiros de artillería y unas señoras besando a soldados, el video insiste: “nos gustaría recordarles humildemente que si hubiéramos escuchado lo que decían los no ucranianos en febrero de 2022, ya no existiríamos. Necesitamos municiones, no consejos”.
A fin de cuentas, parece que Ucrania puede seguir confiando en la ayuda de sus aliados. Ivan Klyszcz, investigador en el Centro Internacional para la Defensa y la Seguridad (ICDS) de Estonia, descarta la idea de una “fractura”.
“En Ucrania, hay quien se ha planteado hasta qué punto los socios del gobierno ucraniano comparten verdaderamente sus objetivos militares, es decir, restablecer plenamente la integridad territorial del país”, explicó Klyszcz a la AFP.
Quizá algunos esperan que se llegue a un compromiso con Rusia, aunque eso comporte perder territorios. “Pero hasta ahora, esas cuestiones solo han conducido a la desconfianza y siguen siendo unas preocupaciones secundarias. La relación sigue siendo buena”.
El viernes, Estados Unidos intentó apaciguar el debate, destacando que “en las últimas 72 horas” el ejército ucraniano hizo “progresos notables” en el sur. “Criticar a un [país] socio y amigo que intenta progresar en unas condiciones cruentas, horribles, violentas, no ayuda”, agregó John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
*Con información de AFP.