A dos semanas de las elecciones generales en Italia, la coalición de partidos de derecha que lidera el ultranacionalista Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, sigue encabezando cómodamente las encuestas con casi un 50 % de intención de voto y más de 20 puntos porcentuales de ventaja sobre el fragmentado bloque de izquierda.
Una encuesta publicada el pasado lunes proyectó entre 252 y 262 escaños para la coalición de Meloni en la Cámara, de 400 en disputa. En el Senado, el bloque podría obtener entre 125 y 133 escaños, de 200. Esta mayoría sería suficiente para cambiar la Constitución italiana.
Mientras tanto, la coalición de centroizquierda liderada por el ex primer ministro Enrico Letta, del Partido Democrático, ha perdido 1,3 puntos porcentuales en los últimos días, llegando al 28,2 % de los votos, según un promedio de encuestas de Bloomberg.
Los demócratas rompieron su alianza con el Movimiento Cinco Estrellas y no lograron unir fuerzas con una coalición centrista, que ha ido ganando terreno en las encuestas en las últimas semanas.
Una contundente victoria del bloque de Meloni en las elecciones podría desatar una ola de apoyos en el Parlamento y la posibilidad de que la alianza se hiciera con una mayoría de dos tercios, momento a partir del cual la derecha podría impulsar una reforma constitucional, como ya ha avanzado la líder de Hermanos de Italia.
Meloni ha argumentado que esta reforma tendría como objetivo apuntalar un sistema político “frágil e inestable”, explicó al semanario británico The Spectator, marcado por los constantes cambios de gobierno.
En particular, Meloni ha dejado entrever la posibilidad de aumentar las competencias del primer ministro o facilitar la elección directa del presidente de la República.
¿Quién es Giorgia Meloni, la favorita para convertirse en primera ministra de Italia?
Giorgia Meloni podría convertirse en la primera mujer que llega a ser jefa de Gobierno en Italia. Esa romana, de 45 años, alardea de su popularidad en las encuestas. Su popularidad es un fenómeno sorprendente, ya que que en las legislativas de 2013 no llegó a obtener 2 % de los votos.
En diez años ha logrado recuperar el descontento y las esperanzas frustradas de los italianos contra los “dictados” de la Unión Europea, contra el alto costo de la vida y el futuro bloqueado de los jóvenes.
Su lema: “Dios, patria, familia”. Sus prioridades: cerrar las fronteras para proteger a Italia de la “islamización” y renegociar los tratados europeos para que Roma “recupere el control de su propio destino”.
Otra prioridad es luchar contra los grupos de presión gay y contra el “invierno demográfico” en uno de los países con más ancianos del mundo.
El 6 de octubre de 2016 denunció en Facebook lo que llamó “la sustitución étnica” en Italia.
“Meloni representa un punto de referencia para los que protestan, para los desilusionados”, sostiene Sofia Ventura, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Bolonia.
Representa hoy en día a los hartos del sistema, a los que piden que se vayan todos. Los antisistema del Movimiento 5 Estrellas terminaron por formar parte de todos los gobiernos desde la victoria alcanzada en 2018, así como la Liga de Matteo Salvini, una formación de ultraderecha que agitaba el deseo de cambio.
La líder del partido heredero del Movimiento Social Italiano (MSI), una formación neofascista fundada después de la Segunda Guerra Mundial, ha querido aclarar este miércoles su controvertida relación con el fascismo.
“La derecha italiana ha relegado el fascismo a la historia de hace décadas, condenando sin ambigüedades la privación de la democracia y las infames leyes antijudías”, dijo Meloni en un video enviado en varias lenguas a medios de comunicación extranjeros acreditados en Italia.
Sin embargo, el emblema de Fratelli d’Italia lleva la llama tricolor verde-blanco-roja, un símbolo inventado en 1946 por el grupo de veteranos fascistas que fundaron el MSI.
“Tengo una relación serena con el fascismo”, explicó hace unos meses Meloni, tras afirmar que Benito Mussolini “hizo mucho”, aunque cometió “errores”, entre los que enumera las leyes raciales, la entrada en la guerra como aliado de la Alemania nazi y su estilo de gobierno autoritario.
Para ampliar su electorado y tranquilizar a los sectores moderados, la líder romana se presenta como garante de la “emancipación ideológica” de los italianos frente a “los principios y símbolos fascistas”.
Pero para el diario de centroizquierda La Repubblica, “los hechos contradicen su relato”, ya que tanto la base de su partido como algunos de sus dirigentes siguen muy apegados a sus raíces.
“No hay lugar para los nostálgicos del fascismo, del racismo y del antisemitismo”, proclamó en otra ocasión.
Nacida en Roma el 15 de enero de 1977, Giorgia Meloni ha militado desde los 15 años en asociaciones estudiantiles clasificadas de extrema derecha, mientras trabajaba como niñera o camarera.
En 1996, se convirtió en líder del sindicato Azione Studentesca, cuyo emblema era la Cruz Celta. En 2006 obtuvo la tarjeta de periodista. Ese mismo año fue elegida diputada y vicepresidenta de la Cámara de Representantes.
Dos años más tarde, fue nombrada ministra de la Juventud en el gobierno de Silvio Berlusconi.
Su juventud, su tenacidad y su lenguaje directo han conquistado las redes sociales. Se volvió famoso su discurso en 2019 en que se definió así: “Soy Giorgia. Soy mujer, soy madre, soy italiana, soy cristiana”.
Muy celosa de su vida privada, es madre de una hija nacida en 2006 y convive sin casarse con el padre de la niña, un periodista de la televisión.
*Con información de Europa Press y la AFP.