A sus 78 años, Donald Trump se convertirá en el presidente electo más viejo de la historia de Estados Unidos. Así, el futuro mandatario estadounidense saldrá del poder a los 82 años.Por ello, una reelección es impensable para el magnate tras la situación que vivió el actual presidente Joe Biden, pero no solo por su avanzada edad, sino porque la Constitución la prohíbe.
Aun cuando en una época el líder republicano intuyó que podría hacer una reforma, ya parece bajarse de esa idea y buscar más bien otro liderazgo que sustituya al suyo.El fanatismo por el mandatario electo ha renacido en Estados Unidos, y, aunque en su época parecía estar enterrado por vertientes en los partidos Republicano y Demócrata, hoy vive una nueva era dorada.
Todavía no se ha posesionado y ya empiezan a barajarse los nombres que podrían heredar el capital político del magnate. Algunos toman posición en el partidor dentro del Partido Republicano, como su fórmula vicepresidencial, J. D. Vance.
Sin embargo, al ser el trumpismo un movimiento fundado en la personalidad del magnate, la balanza podría estar en otro lado.La familia de Donald Trump cada día está más involucrada en política.
Si bien sus miembros han estado ligados al mundo empresarial, también se han abierto espacio en el Partido Republicano y podrían heredar el poder del mandatario electo. Por ejemplo, su hijo Eric ha abandonado casi todas sus obligaciones en la industria inmobiliaria para centrarse en hablarle al oído a su padre.
Por ello, Eric, el segundo hijo del magnate, ha asumido, por ejemplo, la vocería en términos de criptomonedas para la administración. Ha prometido que bajo la administración de su padre será el cielo para dicho activo virtual. Pero también ha sido un acompañante constante en los eventos políticos de campaña de su padre, en conferencias y, poco a poco, ha ido ampliando su figura en los círculos más cercanos de los republicanos.
Si bien no ha manifestado una intención clara de postularse para cargos públicos, su rol podría evolucionar a medida que la familia Trump continúe influyendo en la política estadounidense. Además, su hermano mayor, Donald Jr., quien también había estado muy involucrado en política, se ha ido apartando paulatinamente tras la ruptura con su pareja, Kimberly Guilfoyle, una exasesora cercana al expresidente, quien la acaba de nombrar como embajadora en Grecia.
Una muestra de la cercanía política que se ha tenido por el lado de Eric Trump es que su esposa, Lara Trump, quien también ha sido una asesora clave del presidente electo, podría recalar en uno de los cargos más importantes del país. Aunque era copresidenta del Comité Nacional Republicano, estaría a punto de ser nombrada senadora por Florida en reemplazo del designado secretario de Estado, Marco Rubio.
Algo que ha sabido hacer Donald Trump es aprender las lecciones del pasado. Por ejemplo, después de su derrota en las elecciones de 2020, muchas personas que formaban parte de su Gobierno se apartaron de su lado. Por eso, en su segundo mandato no solo ha puesto en su gabinete a aliados incondicionales, sino que en el Congreso y círculos empresariales quiere tener tal influencia que deje un gran legado. Por eso toma tanta relevancia la figura de Lara Trump o de Elon Musk, su nuevo mejor amigo.
De cara a su nuevo mandato, Donald Trump busca, desde ya, que su familia empiece a ser una parte clave de la política estadounidense y que su huella por la Casa Blanca perdure por años y varias generaciones más por cuenta del miedo de que el trumpismo se desvanezca para siempre cuando el patriarca empresarial tenga que abandonar el salón oval en cuatro años.