En múltiples ocasiones las autoridades sanitarias han elevado un llamado para que todas las personas se vacunen contra el coronavirus, pues hasta ahora es la salida más cercana que tiene la humanidad frente a la pandemia.

Sin embargo, en varios países del mundo se han ido originando movimientos antivacunas que ralentizan el proceso para llegar a la llamada inmunidad de rebaño, que se alcanza cuando cerca de 90 % de la población está inmunizada, es decir, con las dosis completas del esquema de vacunación.

Para contrarrestar esa postura, se han ido tomando varias decisiones, aunque algunas de ellas no han sido validadas. Por ejemplo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había fijado plazo hasta el 4 de enero para que las empresas aseguraran la vacunación completa de sus empleados, algo que afectaría a más de dos tercios de la fuerza laboral del país. No obstante, un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Nueva Orleans confirmó una orden que impidió la entrada en vigencia del mandato, pues “excede extremadamente” las atribuciones del Gobierno.

Pero algunas empresas han tomado decisiones por su cuenta que son radicales para las personas que deciden no vacunarse. Ese es el caso de la multinacional Google.

En varios países del mundo se han ido originando movimientos anti vacunas que ralentizan el proceso para llegar a la llamada inmunidad de rebaño, que es que cerca del 90% de la población esté inmunizada, es decir, tenga las dosis completas en el esquema de vacunación. | Foto: Esteban Vega La-Rotta / Publicaciones Semana

La cadena CNBC obtuvo un comunicado interno del gigante tecnológico en el que se emite una fuerte advertencia a los trabajadores que no tengan el esquema completo de vacunación, pues podrían perder su trabajo si no lo hacen.

De acuerdo con ese medio, a principios de este año la compañía remitió una circular a sus más de 150.000 empleados en Estados Unidos para que accedieran a la vacuna. No importaba si los trabajadores estaban en opción remota o presencial, todos tenían hasta el 3 de diciembre y para probar su condición de vacunado tendrían que mostrar su documentación, o demostrar exenciones tanto médicas como religiosa antes de que venciera la fecha.

Como ya pasó la fecha límite, el próximo paso de Google sería contactar con aquellos trabajadores que no han informado de su estado de vacunación y con aquellos cuyas solicitudes de excepción no fueron admitidas para evaluar la situación.

Nuevamente la multinacional fijó una fecha límite para que dichas personas se vacunen y si para el 18 de enero no cumplen con la política de vacunación de la multinacional serán sancionados por un mes, aunque seguirán recibiendo su pago. Pero para quienes desisten de la vacuna después de la primera medida, Google los retiraría de su puesto de trabajo por seis meses, sin recibir remuneración alguna y si luego de transcurrido ese lapso no demuestran que se vacunaron, el contrato terminará definitivamente.

El gigante tecnológico hace una fuerte advertencia a los trabajadores que no tengan el esquema completo de vacunación y es que podrían perder su trabajo si no lo hacen. | Foto: Costfoto / Barcroft Studios / Future Publishing

A pesar de estos llamados y advertencia, aún hay, por lo menos, 600 trabajadores de Google que han firmado un documento en el que se oponen a este mandato de vacunación de la compañía, según señaló CNBC.

“Vacuna o cárcel”

En el mundo se han conocido medidas más drásticas aún. Ese es el caso del presidente de Filipinas Rodrigo Duterte, quien muy a su estilo expresó las medidas que podría tomar si las personas se siguen resistiendo a ser vacunadas.

“Hay una crisis en este país. Estoy desesperado de que los filipinos no le presten atención al Gobierno”, señaló hace unos meses en una alocución, en la que dijo que había urgencia de aumentar la vacunación.

Hasta el momento, solo 2,1 millones de personas han recibido dosis de las vacunas contra la covid-19 en Filipinas, de un total de 110 millones de habitantes, aun cuando el país registra 23.000 muertes a causa del virus y más de 300.000 casos positivos.

“Elijan: la vacuna o la cárcel”, fue la amenaza de Duterte a los ciudadanos de su país. Esta declaración contrasta con lo que otros funcionarios de su Gobierno han expresado en otros espacios en los que han destacado que la vacunación es libre y que la decisión es autónoma en cada persona.