Un ataque a gran escala de Rusia en Ucrania tendría consecuencias “espantosas”, advirtieron este viernes responsables del Pentágono, a la vez que aseguraron que aún hay espacio para que la diplomacia evite una guerra.
“¿Pueden imaginarse cómo quedarían las zonas urbanas densas?”, preguntó el jefe del estado mayor estadounidense, Mark Milley, quien prevé “una cantidad significativa de bajas” en el caso de una ofensiva. “Sería espantoso, sería terrible”, dijo.
Junto a Milley, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, dijo que un conflicto en Ucrania aún puede ser evitado pese a que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha colocado a más de 100.000 soldados de su lado de la frontera.
“El conflicto no es inevitable. Aún hay tiempo y espacio para la diplomacia”, dijo Austin. Putin “puede decidir una desescalada, puede ordenar que sus tropas se vayan”.
Las declaraciones de los dos líderes militares estadounidenses se dieron en momentos en que no se observan avances importantes de cara a los esfuerzos diplomáticos para evitar un conflicto.
Mientras que los oficiales del Pentágono dijeron que no creen que Putin haya decidido ya ir a la guerra, también dijeron que sus opciones se han expandido, desde provocaciones que podrían llevar a un ataque en la región separatista de Donbás hasta un intento para tomar todo el país con ataques a centros urbanos como la capital, Kiev.
Presidente de Ucrania pide no sembrar el pánico y Macron y Putin defienden desescalada
El presidente ucraniano, Voldomir Zelenski, pidió este viernes a los países occidentales que no siembren el “pánico” en torno a las tensiones con Rusia, acusada de preparar una invasión de Ucrania, y minimizó los riesgos de un ataque.
La declaración llegó poco después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, se mostraran de acuerdo, durante una conversación telefónica, en “la necesidad de una desescalada”, según informó la Presidencia francesa.
Más de 100.000 soldados rusos están concentrados en la frontera con Ucrania, y Estados Unidos ve en esa presencia un indicio de que la invasión de la exrepública soviética podría ser inminente.
“La probabilidad de ataque existe, no ha desaparecido y no fue menos grave en 2021″, pero “no vemos ninguna escalada superior a la que ya existía” el año pasado, recalcó Zelenski durante una rueda de prensa con medios de comunicación extranjeros en Kiev.
“No necesitamos este pánico”, subrayó, pidiendo además a Rusia que haga un gesto en aras de una “desescalada”.
“El mayor riesgo para Ucrania” es “la desestabilización de la situación interna”, más que la amenaza de una invasión rusa, consideró el mandatario ucraniano.
Rusia siempre ha negado tener proyectos de invasión, pero se considera amenazada en cambio por la expansión de la Otan hacia el este en los últimos veinte años y por el apoyo que los occidentales brindan a Ucrania.
Por ello, Moscú condicionó la desescalada a que la Alianza ttansatlantica interrumpa su política expansionista y se repliegue militar a las posiciones de 1997.
Estados Unidos y la Otan rechazaron las principales exigencias rusas el miércoles.
“Las respuestas de Estados Unidos y de la Otan no tuvieron en cuenta las preocupaciones fundamentales de Rusia”, indicó el Kremlin en un comunicado, en el que dio parte de la conversación que mantuvieron Putin y Macron.
“La cuestión clave fue ignorada, es decir, cómo Estados Unidos y sus aliados prevén [...] poner en marcha el principio de que nadie debe reforzar su seguridad en detrimento de otros países”, añadió la Presidencia rusa.
Aún así, según el Elíseo, Macron y Putin estuvieron de acuerdo en la “necesidad de una desescalada” y en que hay que continuar con el “diálogo” para solucionar la crisis.
“El presidente Putin no expresó ninguna intención ofensiva”, subrayó la Presidencia francesa.
Tanto Europa como Estados Unidos han amenazado con aplicar duras sanciones contra Rusia si decide invadir Ucrania.
Sobre la mesa estarían el gasoducto estratégico Nord Stream 2, que conecta a Rusia con Alemania, o el cierre del acceso de los rusos a las transacciones en dólares.
El viernes, Washington y la Unión Europea afirmaron en una declaración conjunta que estaban trabajando en el abastecimiento de “volúmenes adicionales de gas natural” para Europa, con el fin de enfrentar cualquier eventual consecuencia de una “nueva invasión rusa de Ucrania”.
Además, Estados Unidos reclamó que el Consejo de Seguridad de la ONU celebre una reunión el lunes a causa de la “amenaza clara” que, según Washington, representa Moscú para “la paz y la seguridad internacionales”.
Por su parte, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, subrayó por la mañana: “Si depende de Rusia, no habrá guerra. No queremos guerras. Pero tampoco vamos a permitir que nuestros intereses sean burdamente ultrajados, ignorados”.
Moscú había advertido que si no se atendían sus peticiones, respondería con contundencia, pero no precisó cómo.
El viernes por la noche, la diplomacia rusa anunció que prohibía la entrada en el país de funcionarios de las fuerzas de seguridad y de órganos legislativos y ejecutivos de algunos países de la Unión Europea que son “personalmente responsables de la propagación de la política antirrusa”.
Algunos diputados rusos propusieron que el país reconozca la independencia de los territorios separatistas prorrusos en Ucrania y que los dote de armas.
El Kremlin está considerado como un instigador del conflicto en el este de Ucrania, desencadenado en 2014, poco después de que Rusia se anexara Crimea, a raíz de una revolución prooccidental en Kiev.
*Con información de AFP.