En el Hotel des Milles Collines, ubicado en la capital de Ruanda, Kigali, Paul Rusesabagina resguardó la vida de cientos de miles de tutsis y hutus moderados durante el genocidio que se llevó a cabo en el país africano en 1994 y que dejó entre 500.000 y un millón de víctimas mortales. Se estima que salvó alrededor de 1.200 personas y terminó siendo la inspiración para Hotel Ruanda, una película que lo catapultó a la fama.
Todo empezó cuando los vecinos de Rusesabagina fueron amenazados por los extremistas hutus, que pedían a sus seguidores asesinar a todo aquel que fuera tutsi, siendo este un genocidio étnico con causas históricas que se remonta a cuando los colonialistas belgas pusieron a la minoría tutsi como casta dominante y dueña del poder político y económico en el país. Esto, sin que existiera una diferencia física o lingüística entre ambos grupos.
Después de salvar a miles de personas de una muerte horrible de mano de los grupos hutus extremistas, Rusesabagina se exilió en Europa, donde fue taxista en Bélgica hasta que saltó a la fama en 2004 con el estreno de la película biográfica. Dio conferencias por todo el mundo, se hizo amigo de famosos como Angelina Jolie y fue condecorado por el presidente George Bush con la medalla de la Libertad. Todo hasta que en 2020 fue arrestado de una manera insólita.
En agosto de ese año, Paul Rusesabagina tomó un vuelo desde Chicago, donde residía con su familia, rumbo a Dubái, donde debía hacer trasbordo para viajar a Burundi. Pero el segundo avión fue desviado y aterrizó en Kigali, donde fue capturado por las autoridades del régimen de Paul Kagame, un general tutsi retirado del ejército que está en el poder desde hace más de 20 años.
Rusesabagina se ha declarado opositor al gobierno de Paul Kagame en su país natal. “Ruanda es hoy una nación gobernada por y para el beneficio de un pequeño grupo de la élite tutsi. Aquellos pocos hutus que han sido colocados en puestos de alta relevancia son normalmente trajes vacíos sin autoridad real”. Desde 2018, ha hecho un llamamiento a la resistencia armada contra el régimen ruandés, lo cual lo convirtió en el enemigo número uno del gobierno, que lo ha catalogado como “un héroe fabricado”.
Los cargos por los cuales fue condenado son los de terrorismo, formación de un grupo ilegal, pertenencia a un grupo terrorista y estructurar su financiación. Esto por sus vínculos con el Frente de Liberación Nacional (FLN), un grupo considerado como terrorista por el gobierno ruandés. Aún así, Rusesabagina no ha negado su participación con esta organización, sino que su defensa es que el FLN no es terrorista, y que su participación solo ha sido de una forma diplomática.
Por ahora, el futuro de Rusesabagina no pinta para nada bien, ya que la condena de 25 años en su país difícilmente podrá ser rebajada al ser enemigo de un régimen básicamente dictatorial, además, la comunidad internacional no se ha manifestado a favor de la liberación del que fue el héroe indiscutido en Ruanda en los noventa.
Para su familia, que permanece en Estados Unidos, la condena no los sorprende y solo se aferran a una remota esperanza. “Mi padre fue torturado, secuestrado, se le negaron sus derechos básicos y ahora simplemente le dan un veredicto de culpabilidad, un veredicto que llega sin ninguna evidencia creíble”, dijo una de sus hijas, que también agregó que su padre necesita atención médica al sufrir de hipertensión y de tener enfermedades cardiovasculares.