Fisher Island es una pequeña y exclusiva isla cerca de la costa de Miami a la que solo se puede tener acceso en avión o helicóptero y viven multimillonarios en un enclave de condominios y mansiones. Alrededor de la isla se ha generado una fuerte polémica en Estados Unidos después de que adquirieran miles de pruebas de coronavirus, mientras que en otras zonas de Estados Unidos no hay capacidad para hacer pruebas.

Los encargados de la isla llegaron a un acuerdo con la Universidad de Miami para que los integrantes de las 880 familias, que allí habitan, sean sometidos a pruebas, mientras que en el resto de la Florida solo el 1 % de la población ha sido sometido al test. “Sin embargo, eso no ocurre en Fisher Island, donde la membresía anual del Club Fisher Island cuesta alrededor de $250,000 y el ingreso promedio anual era de $2.5 millones en 2015, el más alto de cualquier código postal en Estados Unidos”, die el Miami Herald. Sissy DeMaria, portavoz de Fisher Island, se defendió diciendo que más de la mitad de los residentes de la isla tienen más de 65 años, por lo que son más vulnerables a la enfermedad. Se espera que la realización de las pruebas se complete en el lapso de esta semana y se hará con el apoyo de los trabajadores del hospital de la isla. Se desconoce cuánto debieron pagar por las pruebas y la cantidad exacta pues según algunos residentes consultados por el Miami Herald es un tema “muy sensible para ser discutido”.

Según la información del estado, hay entre cinco y nueve casos confirmados de covid-19 en el código postal de Fisher Island, el 33109. DeMaria informó que la isla cerró los campos de golf, de tenis y las instalaciones de la marina, al tiempo que limitó el acceso a la isla a personal y visitantes esenciales. Hay que clarificar que estos test rápidos se hacen mediante sangre y detectan la presencia de anticuerpos, esto quiere decir que muestra cuando alguien ya ha estado infectado y si ha desarrollado inmunidad.

Una persona que conoció el proceso con las pruebas de Fisher Island reveló que varios agentes de policía de Miami-Dade que trabajan allí fueron sometidos a estas, y que los resultados estuvieron listos en 15 minutos. El alcalde de Miami-Dade Carlos Giménez dijo que la compra de Fisher Island no está relacionada con las pruebas que administra el condado e investigadores de la UM, y que comprende examinar de forma aleatoria a 750 residentes del condado todas las semanas para establecer donde ya han producido brotes.

Estas pruebas tienen un valor de USD 17 cada una y fueron producidas compañía BioMedomics, de Carolina del Norte, quien entregó 10.000 para este condado.