La Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) lanzó con éxito hoy, 14 de julio, la misión Chandrayaan-3, segundo intento indio de aterrizar una nave de forma segura en la Luna.
El cohete despegó de la isla de Sriharikota, en el estado de Andhra Pradesh (sur), con la nave espacial Chandrayaan-3 (“Vehículo lunar”), bajo los vítores y aplausos de miles de personas, según imágenes retransmitidas en directo. De resultar exitosa la misión, la India se convertirá en la cuarta nación del mundo, junto con EE.UU., Rusia y China, en marcar su presencia en la Luna. En 2019, India intentó llegar al polo sur lunar con la nave Chandrayaan 2, pero perdió comunicación antes de tocar suelo.
La misión lleva las “esperanzas y sueños de nuestra nación”, escribió en Twitter el primer ministro indio, Narendra Modi, que se encuentra de visita en Francia.
El último intento del programa Chandrayaan se saldó hace cuatro años con un fracaso después de que los equipos terrestres perdieran el contacto con la nave poco antes de su llegada a la Luna.
Pero esta vez, la Organización India de Investigación Espacial (ISRO) confía en sus posibilidades y proyecta ya una futura misión tripulada al satélite terrestre. “Estamos seguros de que esta misión será exitosa y aportará orgullo y reconocimiento a quienes han trabajado para ella”, declaró a la AFP Ahil G. Verma, de la empresa Godrej & Boyce, principal proveedor de motores y componentes de la ISRO.
Chandrayaan-3 consta de un módulo Lander autóctono (LM) de 1,7 toneladas, un módulo de propulsión (PM) de 2,1 toneladas y un rover de 26 kilos con el objetivo de desarrollar y demostrar las nuevas tecnologías necesarias para las misiones interplanetarias, informa ISRO.
Las cargas útiles del aterrizador incluyen el experimento termofísico superficial de Chandra (ChaSTE) para medir la conductividad térmica y la temperatura; el Instrumento para la Actividad Sísmica Lunar (ILSA), para medir la sismicidad alrededor del lugar de aterrizaje; la Sonda de Langmuir (LP) para estimar la densidad del plasma y sus variaciones, así como una matriz de retrorreflectores láser pasivos de la NASA que se acomoda para estudios de alcance de láser lunar.
El módulo de aterrizaje tendrá la capacidad de realizar un aterrizaje suave en un sitio lunar específico y desplegar el rover que llevará a cabo un análisis químico in situ de la superficie lunar durante el curso de su misión de un día lunar.
La función principal del PM es transportar el LM desde la inyección del vehículo de lanzamiento hasta la órbita polar circular lunar final de 100 km y separar el LM del PM. Además de esto, el módulo de propulsión también tiene una carga científica útil como valor agregado, que se operará después de la separación del módulo de aterrizaje.
La misión confirma la ambición y el rápido desarrollo del programa espacial indio, que en 2008 lanzó una sonda en órbita alrededor de la Luna. En 2014, se convirtió en el primer país asiático en colocar un satélite en órbita alrededor de Marte y tres años después lanzó 104 satélites en una sola misión.
De cara al próximo año, el país de más de 1.400 millones de habitantes quiere llevar a cabo una misión tripulada de tres días en órbita alrededor de la Tierra.
India también intenta aumentar su participación, actualmente del 2%, en el mercado espacial comercial en el mundo, gracias a unos costos mucho más bajos que los de sus competidores. Los expertos señalan que India lo está consiguiendo con precios más competitivos, copiando y adaptando tecnologías ya existentes con el apoyo de sus numerosos ingenieros, muy cualificados, pero con salarios inferiores a los de otros países.
El primer ministro Narendra Modi, que estaba presente en el centro de control de Bangalore, consoló entonces a los equipos y dijo: “con respecto a nuestro programa espacial, lo mejor está por venir”.
Con información de AFP y Europa Press*