Cuando Marita Lorenz murió la pasada semana a los 80 años de un fallo cardiaco se llevó para siempre el secreto que mejor guardó: qué fue verdad y qué no en la vida legendaria que siempre contó que tuvo. Nacida en Bremen (Alemania) en 1939 del matrimonio de un capitán de barco de padre alemán y una actriz estadounidense, Lorenz estuvo dos años en un campo de concentración nazi cuando era sólo una niña y fue luego violada por un oficial estadounidense. Según contó en su autobiografía "Querido Fidel - Mi vida, mi amor, mi traición", a los 19 años, durante un viaje con sus padres a La Habana se enamoró de Fidel Castro, de quien aseguró que fue amante. Durante su supuesta relación con Castro -y tras un extraño suceso en el que, según su testimonio, estando embarazada fue secuestrada y despertó sin su barriga- fue reclutada por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), que le encargó el asesinato del líder cubano.
Lorenz aseguró que mantuvo una relación con Marcos Pérez Jiménez cuando era presidente de Venezuela. Foto:Getty Images/BBC Con un veneno que le dio la CIA, según contó, volvió a La Habana para acabar con el líder de la Revolución cubana. Sin embargo, Castro de alguna manera sospechó que Lorenz venía a matarlo y le dio una pistola para que le pegara un tiro. No se atrevió a apretar el gatillo y se fue para siempre de Cuba. Se dice que de la relación entre ambos nació un hijo, Andrés Vázquez -supuestamente el mismo que arrebataron de su barriga- que se quedó en la isla con su padre y con el que Lorenz se reencontró en 1981. Lea también: Informe especial: la dura vida de los médicos que abandonaron Cuba y hoy siguen sintiéndose esclavos Presidente de Venezuela
Lorenz escribió un libro sobre su relación con Castro que se titula "Querido Fidel - Mi vida, mi amor, mi traición". Foto:Getty Images/BBC El lamento de la anciana, al que se ha llamado la "Mata Hari del Caribe", era no haberse quedado en la isla. Al regresar a Estados Unidos, a la CIA no le gustó que no hubiera cumplido con su misión: Castro seguía vivo. "Me odiaban, me culpaban", recordó. Sin embargo, no supuso el final de su relación con la inteligencia de Estados Unidos. Una misión en la que debía hacer de correo para recaudar dinero para la causa anticomunista la llevó a Venezuela. Allí conoció al general Marcos Pérez Jiménez , entonces presidente del país (1952-1958), con quien comenzó otro romance y tuvo una hija. Según contó, cuando el militar estaba ya en la cárcel, antes de ser extraditado a Estados Unidos, ella y su niña fueron abandonas en medio de la selva."Supongo que soy dura", dijo Lorenz sobre sus múltiples y arriesgadas vivencias, de las que salió ilesa. Le puede interesar: Hace 60 años Fidel y Raúl Castro entraron en La Habana
Lorenz aseguró que había conocido al asesino de Kennedy en Miami. Foto:Getty Images/BBC El asesinato de Kennedy La "Mata Hari del Caribe" afirmó también haber sido testigo de la supuesta conspiración que rodea el magnicidio de Kennedy el 22 de noviembre de 1963. Según su testimonio, un grupo de anticastristas que conoció en Miami pudieron haber tenido relación con el asesinato de presidente estadounidense, luego de que este cancelara el apoyoa la fallida invasión de Bahía Cochinos para derrocar a Castro en 1961. Lorenz dijo que incluso conoció a Lee Harvey Oswald en uno de los campamentos de la inteligencia estadounidense en Florida. Sin embargo, algunas de las aventuras de su vida fueron varias veces puesta en tela de juicio . La periodista Ann Louise Bardach, quien la entrevistó en la década de 1990, la describió como "una santa patrona de los amantes de la conspiración". Lea también: La vida de Fidel Castro en Bucaramanga "Al menos la mitad de su historia es fácilmente documentada por cuenta de otros y memorándums del FBI, la otra mitad carece de corroboración, y a veces, va en contra de la evidencia existente ", escribió en Vanity Fair . Lorenz, por su parte, siempre defendió la veracidad de sus historias. ? "Es cierto, tengo todos los documentos de la CIA y del FBI para demostrarlo. No quiero glorificar mi vida. Hay suficientes pruebas como para no tener que exagerar", afirmó en una entrevista.