Lo que comenzó como un comentario de vanagloria terminó siendo para el primer oficial, Mike Beaton el fin de su contrato con British Airways, una de las mayores líneas aéreas del mundo.
En Johanesburgo, Sudáfrica, a donde había llegado en cumplimiento de un itinerario de la compañía desde el Reino Unido, el piloto se aprestaba a emprender el vuelo de regreso, cuando le comentó a una azafata que hacía parte del equipo del avión que la noche anterior había estado en una fiesta de largo aliento.
La diversión- le reveló- había incluido la aspiración de algunas líneas de cocaína bajo cuyos efectos estaba todavía.
Beaton pensó que, por ser su amiga, la aeromoza le guardaría el secreto.
Lo sometieron a pruebas
Sin embargo, alarmada por las consecuencias que podría traer para el vuelo, que debía durar 12 horas, que el piloto trabajara en esas condiciones, lo denunció ante sus jefes.
De inmediato, Beaton fue suspendido y enviado de regreso a Londres. Allí fue sometido a una prueba que delató la presencia de la droga en su sistema, tras lo cual fue despedido.
Sin embargo, esa no fue la única consecuencia de la irresponsabilidad del primer oficial: British Airways, reconocida por sus estándares de cumplimiento, se vio en la obligación de retrasar un día el vuelo de Sudáfrica al Reino Unido, es decir, el tiempo que tomó encontrar un reemplazo para Beaton.
De acuerdo con lo reseñado por el medio británico The Sun, la noche de juerga del piloto fue realmente intensa.
No solo tuvo una cita romántica con una mujer de Gales, sino que se les unió una española.
De un club nocturno, contó el propio Beaton, el trío se fue para el hotel de él, donde tomaron unos tragos en el bar.
De ahí, se fueron a continuar la parranda en el apartamento de un hombre que acababan de conocer y donde consumieron la cocaína.
Según The Times, de Londres, el piloto se ufanó con la azafata de haber sido “un chico malo” en la noche, y eso le costó el puesto.
La fiesta inolvidable
“Perdí mi camisa en alguna parte y un tipo sacó un plato con cocaína”, relató al recordar la aparición de la droga, según citó el medio británico.
“Entonces, se armó un debate acerca de que pecho era mejor para darse un toque”, agregó, refiriéndose a aspirar el alcaloide.
“Esa es la historia de cómo terminé aspirando cocaína en las t*** de una mujer en Johanesburgo”, agregó Beaton.
Pero ese no fue el fin de su narración, rica en detalles. “Pasé la noche con la galesa, hicimos el amor durante mucho tiempo (supongo que la coca influyó) y luego estaba tan j*** que ni siquiera podía levantarme”.
Un representante de British Airways le dijo al Times que los pasajeros nunca estuvieron en peligro. “La seguridad es siempre nuestra prioridad. El asunto ya fue referido a la CAA (Civil Aviation Authority), la autoridad de aviación del Reino Unido, y este individuo ya no trabaja para nosotros”.
Al respecto, la CAA le explicó al Times que las aerolíneas están obligadas a notificarle los incidentes en que su personal de aviación se involucra con alcohol y drogas en horas de trabajo.
De acuerdo con las normas de la entidad, si Beaton quiere volver a volar, deberá pasar por un proceso de rehabilitación.