Figuras clave de la izquierda estadounidense, incluido el expresidente Barack Obama, perdieron miles de seguidores desde que surgieron los planes de Elon Musk de adquirir Twitter, mientras que políticos de derecha recuperaron adherentes.
Musk, el hombre más rico del mundo, alcanzó un acuerdo para comprar la plataforma social basada en Estados Unidos por 44.000 millones de dólares.
La noticia generó entusiasmo entre los seguidores de Musk, quien se considera un defensor de la libertad de expresión, mientras que horrorizó a quienes promueven la moderación de la desinformación y los discursos de odio.
Las promesas de abandonar la plataforma se volvieron tendencia en Twitter y, en cuestión de horas, muchos las cumplieron. Obama, la persona más popular en Twitter con más de 131 millones de seguidores, perdió 300.000 en la primera noche, según la red NBC.
Por el contrario, la polémica legisladora republicana Marjorie Taylor Greene aumentó en casi 100.000 el número de seguidores de su cuenta oficial de Twitter en 24 horas. Greene, una aliada del expresidente Donald Trump y cuyo perfil personal fue cerrado por la plataforma, elogió la adquisición.
La legisladora derechista anticipó que con la concreción del acuerdo, “debo tener restaurada mi cuenta personal de Twitter”. La red social dijo estar monitoreando la situación, aunque adelantó que las fluctuaciones parecían ser orgánicas y en gran parte se debe a la creación de cuentas nuevas y la desactivación de cuentas existentes.
Musk ha dicho que quiere aumentar la confianza en Twitter, que ve como una plaza pública digital de libre expresión y debate. En días pasados y aunque fue elegido con el respaldo de las redes sociales, el expresidente Obama pidió regularlas y acusó a las grandes plataformas de haber amplificado “los peores instintos de la humanidad”.
“Una de las mayores causas del debilitamiento de las democracias es el profundo cambio en nuestras maneras de comunicarnos e informarnos”, declaró ante estudiantes de Stanford, la universidad en el corazón de la Silicon Valley, en California.
El líder demócrata reconoció que “no habría podido ser elegido” sin sitios como MySpace o Facebook, y mencionó el trabajo benéfico de sensibilización y de movilización realizado por militantes en el mundo entero, por medio de las redes sociales.
Detalló sobre todo el lado oculto del éxito de Facebook o YouTube, cuyo modelo económico ―publicidad dirigida a gran escala― reposa sobre la economía de la atención. “Lastimosamente, son los contenidos incendiarios, polarizantes que atraen la atención y motivan la participación” de los usuarios, anotó.
El exjefe de Estado (2009-2017) también habló de la desinformación y lamentó no haberse dado suficientemente cuenta de “hasta qué punto nos habíamos vuelto receptivos a las mentiras y a las teorías del complot” antes de la elección de Donald Trump, que le sucedió en el cargo. “Putin no hizo eso. No lo necesitó. Nos lo hicimos a nosotros mismos”, agregó al evocar las campañas de manipulación de electores orquestadas desde Rusia.
“Acabamos de ver a un presidente en ejercicio negar resultados electorales claros y ayudar a incitar una insurrección violenta contra la capital de la nación”, deploró, en referencia al no reconocimiento por parte de Trump de la victoria de Joe Biden en 2020, y el asalto al Capitolio perpetrado por sus partidarios el 6 de enero de 2021.
Con información de AFP