El viernes 6 de septiembre, se celebró un nuevo juicio en el tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, que juzga hasta diciembre al esposo de Gisèle Pélicot y a otros 50 hombres, de entre 26 y 40 años, por violación con agravantes, mientras ella estaba inconsciente.
Sin embargo, ha surgido una nueva interrogante en este caso y tiene que ver con las sospechas de la hija y la nuera de la mujer que fue drogada durante años por su esposo para ser violada, sobre si ellas o los nietos han podido también ser víctimas de abusos.
Dominique Pelicot es “uno de los mayores criminales sexuales de los últimos 20 años”, afirmó su hija, ante el tribunal francés, que lo juzga por drogar a su mujer para que la violaran desconocidos.
“¿Cómo puede una reconstruirse cuando lo sabe?”, se preguntó Caroline Darian, hija del principal acusado que utiliza el pseudónimo para escribir el libro Dejé de llamarte papá para proteger a su familia.
La mujer declaró durante unos 20 minutos en el tribunal de Aviñón, en el sur de Francia. Darian recordó cómo su vida “cambió” el 2 de noviembre de 2020, cuando conoció los hechos. Su madre, a quien los policías acababan de explicar que había sido víctima de violaciones durante años, la llamó para contárselo.
“Mi madre me dijo: ‘He pasado casi todo el día en la comisaría. Tu padre me drogaba para violarme con desconocidos’. He tenido que ver fotos’”, según el relato de la hija.
“Llamo a mis hermanos. Estamos indefensos. Lloramos. No comprendemos lo que nos pasa. Estamos sufriendo un dolor que no se lo deseo a nadie”, aseguró, entre lágrimas.
Un día después, el 3 de noviembre de 2020, la policía de Carpentras, en el sur de Francia, explica a los tres hermanos que “entre 30 y 50″ hombres violaron a su madre Gisèle Pélicot.
Al término de las pesquisas, los investigadores estimaron que 72 hombres agredieron sexualmente a su madre entre julio de 2011 y octubre de 2020, de los cuales sólo se logró identificar a 50.
Ese mismo día, los policías le muestran dos fotos de una mujer desnuda, aparentemente dormida. “Vemos sus nalgas en primer plano. Esta mujer duerme en posición fetal. No la reconozco”, recordó Darian ante el tribunal.
El investigador le asegura entonces que es ella. “Descubro que mi padre me fotografió, a escondidas, desnuda, ¿por qué?”, se preguntó su hija, convencida ahora de que su padre también la drogó, como a su madre.
Su padre difundió las fotos en internet, pero Caroline y su madre no fueron las únicas en sufrir los actos de este hombre de 71 años, quien siguió la audiencia desde un rincón del banquillo de los acusados, constató un periodista de la AFP en la sala.
Dominique Pélicot también fotografió desnudas, sin su consentimiento, a Céline, la esposa de su hijo David, y a Aurore, la expareja de su hijo Florian.
Ambas, de 48 y 37 años en la actualidad, pensaban, no obstante, que formaban parte de la “familia ideal” y “cariñosa”, con un suegro “servicial” pese a sus ocasionales ataques de ira.
Entre las imágenes descritas por Céline ante el tribunal figura una de ellas desnuda y embarazada de sus gemelas en 2011, en la que se realiza un zoom sobre sus partes íntimas.
Las fotografías acabaron en internet. “¿Pero a quién pertenecen y dónde están ahora o estarán dentro de 5, 10 años?”, se preguntó la mujer, para quien “todos los [seis] nietos de la familia perdieron su inocencia”.
*Con información de AFP.