Juan e Ignacio son dos argentinos de Buenos Aires, dos hermanos de sangre, que serán los únicos que podrán contar la historia de que lograron quedarse con el último balón con el que Lionel Messi hizo un gol en un Mundial. Juan e Ignacio se quedaron justo con el balón del 3-2 parcial sobre Francia en la final, antes del empate de Francia, que condujo a la definición por penaltis.

“No nos cayó justo a nosotros, la tenía un francés. Le expliqué que la pelota se tenía que devolver a la Policía, el francés me la entregó a mí y después, la pelota no la largaba (entregaba) por nada en el mundo”, cuenta Ignacio este jueves, en entrevista con el medio argentino Telefe.

“La verdad que tuvimos muchísima suerte porque es la pelota del gol más gritado de los últimos 30 años. Tuvimos la suerte de que uno de los jugadores de la Selección Argentina (más tarde se sabría que fue Pablo Dybala) la reventó hacia el bloque que estábamos nosotros y cayó muy cerquita nuestro”, celebra el argentino, que además logró, junto con su hermano, traer ese balón a su país natal.

Lo normal en los partidos de fútbol es que las pelotas que caen a la tribuna sean devueltas al campo de juego, así que esta hazaña que lograron estos hermanos será algo que podrán contar por el resto de la vida.

¿Cómo lograron llevarla hasta Argentina?

Cuenta Ignacio a Telefe que, una vez él sostuvo el balón en sus manos, las autoridades cataríes buscaron obtener el balón de vuelta: “Vino uno de los policías a pedírmela y no me la podía sacar. Y ya cuando vino el supervisor me dijo ‘está bien, se pueden quedar la pelota, la pelota es de ustedes’”.

Ignacio explicó que su hermano estuvo a cargo del “operativo distracción” para que no les quitaran la pelota, ambos estaban juntos en las tribunas del estadio Lusail ese histórico día para Argentina, en que el país logró su tercera copa mundial en el que sería el último campeonato mundial de Messi.

De acuerdo con el diario argentino Clarín, la pelota es la misma con la que a los 4 minutos del segundo tiempo del alargue, Messi marcó el 3-2 con el que Argentina se puso arriba parcialmente, luego vendría el empate de Mbappé y la tanda de penales, donde el ‘Dibu’ Martínez fue la estrella.

Los hermanos no la desinflaron para meterla en la maleta, la querían llevar en el mismo estado en el que la habían atrapado en el estadio, “tiene el aire original”, dice Juan, contando que en todo el vuelo la cargaron como quien carga a un bebé, y no la soltaron en ningún momento, para evitar que algo malo sucediera.

De hecho, los hermanos tuvieron el cuidado de no poner la codiciada pelota en la maleta, previendo que algo podría suceder con el equipaje, y efectivamente así fue, en el vuelo de regreso las maletas se quedaron en Etiopía.

Sobrevivió a la ambición de los jeques

Los hermanos recibieron una oferta de 21 mil dólares de parte de unos jeques cataríes por el balón, pero los argentinos se negaron por completo: “La pelota no tiene precio, no está a la venta”, dice Ignacio y sentencia: “la única persona a la que le podemos entregar la pelota es a Leo Messi”.

La pelota es la Al Hilm con la que se jugó la final. De acuerdo con Clarín, cuenta con la inscripción “Argentina vs. Francia - Final 18 de diciembre de 2022, estadio Lusail” y además tiene el chip interno de geolocalización, que sirvió para validar ese emocionante gol, que en un primer momento generó dudas, al no ser claro si había cruzado o no la línea.