La historia es aterradora: El Dr. Christopher Duntsch frecuentemente realizaba cirugías bajo la influencia de la cocaína y el LSD, hiriendo gravemente a la mayoría de sus pacientes y, en dos casos, matándolos.
Entre 2011 y 2013, realizó cirugías fallidas en 31 de 38 pacientes en la región de Dallas, quienes experimentaron un dolor insoportable, entumecimiento e incluso parálisis, mientras que dos fueron enviados directamente a sus lechos de muerte.
Duntsch, quien finalmente fue acusado de múltiples cargos de asalto agravado, fue juzgado y declarado culpable. En 2017, el médico fue condenado a cadena perpetua. Según medios, actualmente el doctor está cumpliendo condena en la Unidad O. B. Ellis en Huntsville, Texas, y probablemente será elegible para libertad condicional en 2045.
Nacido en abril de 1971, Christopher Duntsch creció con tres hermanos en un barrio rico de Memphis, Tennessee. Su madre enseñaba en un colegio público, mientras que su padre se desempeñaba como misionero y fisioterapeuta. Se graduó de la Universidad de Memphis con una licenciatura y obtuvo sus títulos de médico y doctorado del Centro de Salud de la Universidad de Tennessee.
Duntsch fue admitido en la exclusiva Sociedad de Honor Médica Alpha Omega debido a su desempeño excepcional en la escuela de medicina. Luego completó su residencia en cirugía en la Universidad de Tennessee en Memphis, donde estudió cirugía general durante un año y neurocirugía durante cinco años.
El doctor, también manejó efectivamente dos laboratorios durante este período y recaudó millones de dólares en su propio salario o remuneración.
Más tarde se reveló que, según los informes, fue acusado de abusar de la cocaína durante su cuarto año de residencia e incluso tuvo que completar un programa de médico discapacitado antes de que se le permitiera reanudar su práctica. Además, Christopher terminó su residencia habiendo asistido en menos de 100 operaciones, lo que ni siquiera estaba cerca del estándar esperado, pese a tener una excelente hoja de vida para un cirujano.
En el 2010, Christopher se mudó a Dallas, Texas, y comenzó a trabajar como cirujano de columna mínimamente invasivo, un trabajo que pudo asegurar, en parte, debido a las numerosas publicaciones médicas y la investigación de células madre a su nombre. Sin embargo, sus compañeros de trabajo aseguraron que la forma de ser del doctor era arrogante y engreído.
En el transcurso de dos años, Christopher Duntsch operó a 38 pacientes en el área de Dallas. De esos 38, 31 quedaron paralizados o gravemente heridos y dos de ellos fallecieron por complicaciones quirúrgicas.
El Dr. Mark Hoyle, un cirujano que trabajó con Duntsch durante uno de sus procedimientos fallidos, le dijo a D Magazine que hacía anuncios extremadamente arrogantes como: “Todo el mundo lo está haciendo mal. Soy el único tipo limpio mínimamente invasivo en todo el estado”.
Floella Brown pasó por el quirófano del también llamado “doctor muerte” en julio de 2012 y, poco después de su cirugía, sufrió un derrame cerebral masivo causado por el corte de la arteria vertebral de Duntsch durante la cirugía.
El día que Brown sufrió su derrame cerebral, Duntsch volvió a operar. Esta vez sobre Mary Efurd, de 53 años.
Ingresó con dos vértebras fusionadas, pero cuando se despertó experimentó un dolor intenso y no podía ponerse de pie. Una tomografía computarizada reveló más tarde que la raíz nerviosa de Efurd había sido amputada, había varios orificios para tornillos lejos de donde se suponía que debían estar y un tornillo se había alojado en otra raíz nerviosa.
Después de varios meses más de cirugías fallidas, Duntsch finalmente perdió sus privilegios quirúrgicos por completo en junio de 2013 después de que dos médicos se quejaran ante la Junta Médica de Texas.
En julio de 2015, un gran jurado acusó al Dr. Death de cinco cargos de asalto agravado y un cargo de dañar a una persona mayor, su paciente Mary Efurd, según Rolling Stone.
Christopher Duntsch fue sentenciado a cadena perpetua en febrero de 2017 por sus actos atroces. Actualmente, está apelando esta sentencia.