Un extraño caso se presentó en el Penitenciario de Villabona, en Asturias. Cuando los médicos de la morgue se disponían a realizar la autopsia a un hombre que supuestamente había fallecido por sobredosis de pastillas, como si fuera una película de terror el fallecido empezó a chillar en la bolsa de cadáveres en la que lo habían guardado.Los impactados médicos se percataron de los ruidos y al abrir la bolsa se llevaron la sorpresa de que el hombre seguía respirando. Según la hermana del recluso, de 29 años, lo primero que pidió su familiar fue que lo sacaron de la bolsa pues no sabía en dónde se encontraba.En una entrevista publicada en el Diario El País de España, la hermana se refirió así a la reacción de él: “Se despierta con miedo y quiere quitarse las vías [que lo conectan a las máquinas]”. Sin embargo, la familia aún no tiene certeza de la razón por la que dieron al hombre por muerto.La madre y la hermana fueron las primeras en poder hablar con el ‘muerto viviente’. Según su testimonio, tenía el cuerpo y los labios morados producto del tiempo que paso en el intenso frio de la nevera de la morgue.Inclusive, un tatuaje negro que tenía en su hombro no se notaba debido por el color morado que había quedado en su cuerpo reveló la impresionada hermana.El hombre se estaba recuperando pero debió ingresar a cuidados intensivos luego de que su condición empeorara. De acuerdo a los galenos que los están atendiendo, el hombre sufre de neumonía y está siendo tratado con antibióticos debido a la gravedad de su estado de salud.Su esposa Katia Tarancón contó que su marido se intentó suicidar debido a la profunda depresión que sufre desde que ingresó a prisión, luego de haber sido condenado por robar cobre. Este fue su tercer intento de atentar en contra de su vida.Ahora, la familia acusa a los funcionarios por negligencia, mientras que los trabajadores públicos se han defendido y están a la espera de que se lleve a cabo una investigación que aclare la situación.