Carlos III es ahora el nuevo monarca del Reino Unido y la fortuna que lo envuelve es de grandes proporciones. La revista Forbes divulgó algunas de esas nuevas adquisiciones que obtuvo por ser el hijo de la difunta reina Isabel II.
El medio de comunicación reveló que el rey Carlos III “heredó grandes extensiones de tierra, propiedades reales, joyas raras, pinturas y otros bienes personales y además supervisa la cartera de activos de la difunta monarca de 42 mil millones de dólares en fideicomiso para el reino, incluidos miles de millones en inversiones, y otros palacios opulentos, joyas brillantes y arte invaluable que nunca poseerá”.
Forbes hizo un cálculo del valor que tendría hoy el rey Carlos III el cual alcanzaría en bienes personales unos 500 millones de dólares. Allí no tendrá que pagar ni un solo dólar en impuestos a la herencia, debido a “un acuerdo de 1993 con el gobierno británico que exime las transferencias de propiedad de un soberano a otro”, se lee en artículo del medio de comunicación.
Carlos III también accederá a ser propietario de instituciones que administran activos como palacios alrededor del mundo y las famosas Joyas de la Corona. Estos activos, según Forbes, alcanzarían los 42 millones de dólares. La distinción de rey de Reino Unido va más allá de un simple cargo ya que el dinero que trae detrás su nombramiento es de proporciones astronómicas.
No todo es dinero, también hay retos por cumplir
Con el fin de los días de luto también comenzará oficialmente a evidenciarse el talante del nuevo rey, quien ha llegado en medio de una serie de dudas y expectativas históricas frente al rol que logrará desempeñar como nuevo timonel de la Casa Real y de una institución monárquica que si bien es objeto de críticas, aún cuenta con alto reconocimiento y fidelidad de los ciudadanos británicos.
En ese sentido, expertos han comenzado a advertir sobre los grandes retos que tiene Carlos III como nuevo monarca británico y el peso que ahora, a los 73 años, comienza a recaer sobre sus hombros.
Para el profesor Juan David Otálora, de las facultades de Ciencia Política y Gobierno de la Universidad del Bosque, y de la facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, Carlos III se enfrentará a tres grandes retos en su nuevo rol como rey: cohesión y popularidad; evitar la ruptura de la Commonwealth, y hacer buen equipo con Liz Truss pese a un Partido Conservador sumamente golpeado.
Sobre el primero de los retos, la cohesión y la popularidad, Otálora advierte que este es un tema de vital importancia para el nuevo momento de la monarquía, más aún sabiendo que en el relevo de Isabel II, su hijo “no representa lo mismo que ella”.
En ese sentido, el docente recordó que “hasta hace muy poco tiempo, Carlos III era una figura rechazada por la mayoría de los habitantes de la Gran Bretaña”, señalando que, además de su papel poco carismático, sobre él seguía rigiendo con fuerza el estigma derivado de su turbia relación con su primera esposa, Lady Di, que sí era querida por el pueblo, rememorando además el halo de duda que se cierne sobre la familia real en relación con la muerte de la recordada princesa de Gales, situación a la que se suma todo el tema de la infidelidad y su posterior matrimonio con la hoy reina consorte Camila Parker Bowls.
“Faltarían 70 años para que logre el reconocimiento de su madre”, advierte Otálora, añadiendo que, incluso, Carlos III “en sí mismo no ha sido una figura querida o popular”.
No obstante, el docente también recuerda que, recientes encuestas, realizadas en el Reino Unido, incluso previas a la muerte de la reina Isabel, evidenciaron que Carlos va en buen camino, y que contaría con algunos escenarios favorables para poder desempañar un buen mandato. En ese sentido, Otálora destaca que “en marzo pasado, el 39 % de los británicos consideraba que iba a ser un buen rey y ahora el porcentaje llega al 63 %”.