El ministro de Exteriores de Rusia, Sergéi Lavrov, ha puesto en cuestión la versión de Ucrania sobre el bombardeo a un hospital maternoinfantil de Mariúpol y aseguró que no era un centro médico, sino una base de “extremistas” ucranianos.

Lavrov aseguró que las autoridades rusas ya habían confirmado previamente que los pacientes y el personal del hospital habían sido expulsados de unas instalaciones donde, según las autoridades ucranianas, al menos tres personas perdieron la vida, entre ellas un niño.

“Era una base de un batallón radical”, ha dicho el jefe de la diplomacia rusa al término de una reunión en Turquía con su homólogo de Ucrania, Dimitro Kuleba. Lavrov ha enmarcado las acusaciones contra Rusia dentro de una supuesta campaña de manipulación que se hace extensiva a todo Occidente.

La principal portavoz de Lavrov, Maria Zajarova, calificó como “terrorismo informativo” lo que se ha dicho sobre el bombardeo, según declaraciones recogidas por las agencias de noticias rusas.

Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró ante medios de comunicación que solicitará más datos a las Fuerzas Armadas antes de emitir una valoración más precisa. “No tenemos una información clara de lo que sucedió allí”, ha alegado.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha calificado de “atrocidad” el bombardeo contra el hospital y ha aprovechado este ataque para volver a pedir una zona de exclusión aérea. “¿Cuánto tiempo más seguirá el mundo siendo cómplice e ignorando el terror?”, denunció.

Un total de 1.207 civiles de Mariúpol murieron desde el inicio, hace nueve días, del asedio ruso de este estratégico puerto de Ucrania, indicó este miércoles la alcaldía de la ciudad.

“Nueve días. Nueve días de bloqueo de Mariúpol. Nueve días, 1.207 civiles muertos. Nueve días de genocidio de la población civil”, afirmó la alcaldía en un mensaje en Telegram, junto a un video con declaraciones del alcalde, unas horas después de que los bombardeos rusos destruyeran un hospital pediátrico de la ciudad.

El servicio de prensa de la presidencia ucraniana, interrogado por medios de comunicación sobre ese balance, respondió: “No tenemos el número exacto de muertos, pero la cifra provisoria es correcta”.

“Nunca perdonaremos. Nunca olvidaremos. El pueblo de Mariúpol resiste”, agregó la alcaldía de esta ciudad industrial a orillas del mar de Azov, que tenía 450.000 habitantes antes del inicio de la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero. El miércoles 9 de marzo, un bombardeo aéreo ruso impactó en un hospital pediátrico, con saldo de 17 adultos heridos, según un responsable regional.

Ese ataque provocó una ola de indignación internacional y llevó a la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS) a pedir “el cese inmediato de los ataques a las instalaciones de salud”. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, lo calificó de “crimen de guerra”.

*Con información de AFP y Europa Press.

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