El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump visitarán la frontera sur de Estados Unidos este jueves, pues ambos precandidatos tratan de sacar provecho político del maltrecho sistema de inmigración del país de cara a su previsible revancha en las elecciones de este año.
Biden viajará a Brownsville, Texas, en Río Grande Valley, una zona que a menudo registra un gran número de cruces en la frontera, según la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. Se reunirá con agentes fronterizos y hablará sobre la necesidad de una ley bipartidista. Será su segunda visita a la frontera como presidente. Viajó a El Paso, Texas, en enero del año pasado.
“Quiere asegurarse de transmitir su mensaje ahí al pueblo estadounidense”, señaló Jean-Pierre.
Por su parte, Trump se dirigirá a Eagle Pass, Texas, a unos 520 kilómetros (325 millas) de Brownsville –otro punto de fricción entre el estado y el Gobierno federal sobre la seguridad fronteriza–, según tres personas que pidieron la condición de guardar el anonimato para poder declarar sobre los planes.
En declaraciones en Nueva York el lunes, Biden dijo que había planeado viajar a la frontera el jueves y no sabía que “mi buen amigo aparentemente irá” también. La Casa Blanca hizo su anuncio después de que se informara sobre el viaje que Trump planea efectuar. El presidente no quiso decir si se reunirá con migrantes en su recorrido.
Las visitas a la frontera
Las visitas ponen de manifiesto el papel central de la inmigración en la contienda presidencial de 2024, para los republicanos y cada vez más para los demócratas, sobre todo luego de que se vinieron abajo las negociaciones en el Congreso sobre un acuerdo para frenar la inmigración ilegal.
Biden ha fustigado a los republicanos por abandonar el acuerdo fronterizo bipartidista después de que Trump se opusiera al plan de endurecer las restricciones al asilo y establecer límites diarios a los cruces fronterizos. Trump, por su parte, ha intensificado su retórica antiinmigración, y ha insinuado que los inmigrantes están envenenando la sangre de los estadounidenses.
El número de personas que cruzan la frontera de Estados Unidos de manera ilegal ha venido aumentando durante años por razones complicadas, las cuales incluyen el cambio climático, guerras y disturbios en otras naciones, la economía y los carteles, que ven la migración como una fuente de ingresos.
El Gobierno estadounidense ha estado combinando restricciones en la frontera con un incremento en las vías legales para recibir a los migrantes, diseñadas para que las personas lleguen en avión y con patrocinadores, no a pie y de manera ilegal a la frontera. Pero la política estadounidense en este momento permite que los inmigrantes soliciten asilo independientemente de la manera en que lleguen.
Y el número de migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos ha superado con creces la capacidad de un sistema migratorio que no ha sido actualizado sustancialmente en décadas. Los arrestos por cruces ilegales se redujeron a la mitad en enero, pero alcanzaron niveles récord en diciembre.
La inmigración de Biden y de Trump
El equipo de campaña de Trump dice que el plan de Biden de visitar la frontera es un indicio de que el presidente está a la defensiva en materia de inmigración y que el tema es un problema para su intento de ser reelegido. La secretaria de prensa de la campaña de Trump, Karoline Leavitt, dijo que Biden está detrás de Trump en las preferencias electorales y es responsable de la “peor crisis de inmigración en la historia” de Estados Unidos.
En tanto, el equipo de campaña de Biden señaló que son los republicanos de la Cámara de Representantes los que están a la defensiva, después de que Trump dijera categóricamente que había pedido a los legisladores republicanos que rechazaran el proyecto de ley que habría financiado a los agentes fronterizos y otras autoridades de Seguridad Nacional. The New York Times fue el medio que informó sobre el viaje en primera instancia.
Mientras sigue criticando a los republicanos por la inacción legislativa, Biden está sopesando actuar por decreto para ayudar a disuadir a los inmigrantes de viajar a Estados Unidos. Entre las medidas que el mandatario está considerando aplicar se encuentra la de invocar las facultades previstas en la Sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que otorga al presidente amplio margen de maniobra para bloquear la entrada de determinados inmigrantes a Estados Unidos si ello fuera “perjudicial” para el interés nacional.
Según una encuesta de AP-NORC de enero, las preocupaciones sobre la inmigración entre los habitantes de Estados Unidos aumentaron a 35 %, en comparación con el 27 % el año pasado. La mayoría de los republicanos –el 55 %– dijo que el Gobierno debe centrarse en la inmigración en 2024, mientras que el 22 % de los demócratas consideraron que la inmigración es una prioridad. Eso representa un aumento del 45 % y el 14 %, respectivamente, en comparación con diciembre de 2022.
*Con información de AP.