La izquierda logró el dominio de la región prometiendo un cambio y una mejora en la vida para los más pobres. Las promesas en campaña dieron resultados, pero de momento no se han visto los tan anhelados cambios.
En la actualidad países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela, Nicaragua, Perú, Bolivia, Panamá, Honduras, Cuba y México representan la cuota de la ideología de izquierda. Pero, ¿las promesas y proyectos sociales que los llevaron al poder serán cumplidas o fueron tan solo mecanismos de campaña?
Para muchos expertos este fenómeno surge como un modelo que quiere revivir la conocida primera “ola roja”, representada por Hugo Chávez en Venezuela, Néstor Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y Lula en Brasil, quien actualmente está en el poder.
SEMANA habló con Luis Guillermo Vélez, quien fue ex viceministro de Defensa, ex Superintendente de Sociedades y ex Secretario General de la Presidencia, entre otros cargos, para conocer acerca de este primer fenómeno, que dio cabida a la llegada de los actuales gobiernos.
Vélez piensa que el éxito momentáneo de ese modelo se dio porque “coincide con un boom de los commodities (materias primas como el petróleo) y entonces tuvieron muchos recursos”, lo que les permitió mantenerse en el poder, a través de un modelo basado en subsidios y gasto público.
El ex viceministro considera que este fenómeno dejó importantes secuelas en la economía de la región y que no es un modelo que actualmente sea replicable a ninguna escala, “cuando los gobiernos populistas derrocharon plata en subsidios, la gente recibía plata y su calidad de vida mejoraba, pero eso ya no está”, afirma Vélez.
Eduardo Gamarra es un conocedor de la política latinoaméricana. Profesor de ciencias sociales en FIU (Florida International University), se ha desempeñado también como consultor para el Gobierno Estadounidense y es analista en medios como BBC, CNN, ABC y Fox News.
El derroche de plata de esos gobiernos pudo realizarse gracias a las reformas económicas neoliberales de los anteriores gobiernos que permitieron que las economías crecieran. Sin embargo, a través de una “forma extraordinariamente corrupta, porque robaron a diestra y siniestra”, dice Gamarra.
Esto dio cabida a qué múltiples problemas sociales, económicos y de seguridad se fortalecieran y dieran paso a una nueva tendencia de izquierda que es la que domina actualmente.
Vélez opina que esta nueva ola denominada “pink wave” (ola rosada), llega luego de un intento fallido de otro tipo de gobiernos por “intentar recoger los pedazos de todo lo que habían dejado los gobiernos de izquierda” y no tuvieron mayores resultados ya que contaban con poco tiempo y con problemas muy grandes.
SEMANA consultó al director de campañas políticas Camilo Rojas acerca del surgimiento de esta nueva ola de izquierda. Rojas piensa que el surgimiento de estos gobiernos se da en gran medida, al gran problema de pobreza y a una evidente falta de capitalismo exitoso.
Felipe Agüero, profesor de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile, opina que este fenómeno surge por unas “circunstancias comunes que principalmente son las dificultades económicas que surgen de la crisis económica que se ha ido acumulando”, afirma el profesor.
El presente de estos gobiernos no parece ser alentador y esto se refleja en la imagen desfavorable de estos líderes. Lo que se esta viendo en el último tiempo, son economías impulsadas por gasto público que no parecen recuperarse y proyectos sociales que no surten el efecto que parecían prometer en campaña.
¿Cuál es la favorabilidad pública de estos gobiernos hasta el momento?
Los brasileños han mostrado un aumento en la desaprobación al gobierno del presidente Lula, tras solo seis meses en el poder. Según la encuestadora Morning Consult, el primero de enero Lula contaba con un 35% de desaprobación, pero en abril del presente año ya registraba un 43% de desaprobación.
La misma encuestadora sitúa al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en unas cifras bastante regulares desde que se posicionó en el año 2018. Según la encuestadora la desaprobación al gobierno de López Obrador se ha mantenido alrededor del 30% durante su mandato.
El caso de Gabriel Boric en Chile no ha sido alentador, ya que la encuestadora Directorio Legislativo sitúa al mandatario chileno con una desaprobación del 59%, mientras que al instaurarse como presidente en marzo de 2022 ostentaba una desaprobación del 41%.
El caso de Pedro Castillo en Perú, antes de ser detenido, tampoco es alentador. Desde que se posicionó como presidente de Perú hasta que fue retirado del cargo su imagen desfavorable sufrió un aumento del 22%, pasando de 45% de desaprobación, hasta el 67% antes de ser retirado del cargo, según el Directorio Legislativo.
Alberto Fernández, presidente de Argentina, sufrió uno de los aumentos de imagen desfavorable más marcados de la región. El presidente gaucho subió al poder en el 2019 con una imagen favorable cercana al 65% según la encuestadora Giacobbe & Asociados, pero cerca de terminar su gestión, Fernández se aproxima al 68% de desaprobación según la encuestadora Directorio Legislativo.
En Colombia, Petro al postularse el año pasado ostentaba una imagen favorable del 69% acompañada de una imagen de desfavorabilidad del tan solo del 20% según encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC) para SEMANA. Pero al transcurrir tan solo unos meses de su gobierno en una encuesta realizada por Datexco Company S.A. para la W tan solo el 30% de los encuestados respaldaba la gestión del gobierno, mientras el 61% manifestó no estar de acuerdo con la misma.
El segundo gobierno de Lula en Brasil.
Luiz Inácio Lula da Silva tomó posesión el primero de enero del año en curso, como presidente de Brasil, por segunda vez, tras una dura contienda con el presidente saliente Jair Bolsonaro.
Al presidente Lula no le fue fácil derrotar al controversial Bolsonaro, pero en parte esto se dio porque el presidente de izquierda hizo una gran alianza de partidos para poder concretarse en el poder. Así lo analiza Camilo Rojas, “es curioso porque están gobernando la derecha y la izquierda”. Se debe recordar que el vicepresidente de Lula es Geraldo Alckmin, un político de derecha.
El analista Rojas no descarta que sea un gobierno funcional y cree que es uno de los pocos modelos de izquierda que sí es mesurado puede prosperar “si hay un socialismo de izquierda que puede funcionar mesurada puede ser Brasil.”
Eduardo Gamarra cree que lo que no hizo Lula y lo que le permitió mantener un modelo funcional fue que “él no revirtió lo que habían hecho Collor de Mello y Fernando Henrique, lo que sí hicieron fue forrarse con una ideología de inclusión”.
Lo que sí caracteriza a esta izquierda no solo en Brasil, si no en la región y así lo ha analizado Gamarra es que “esta izquierda cambia las reglas de juego y hace que puedan no solo reelegirse una vez sino las veces que quieran”. El Gobierno del presidente Lula es joven y lleva tan solo algunos meses en el poder y la región deberá esperar sus movimientos para definir el futuro del país brasileño.
¿El fin del Kirchnerismo en Argentina?
En Argentina el Kirchnerismo ha dominado la política pública desde que Néstor Kirchner se hizo con el poder en el 2003. Exceptuando un fugaz mandato de Mauricio Macri, quien no pudo resolver en cuatro años los problemas que dejó Cristina Fernández de Kirchner.
Eduardo Gamarra, piensa que el mayor problema del gobierno Macri, el cual llevó a que el Kirchnerismo volviera al poder es que la gente tenía una idea errada de que la derecha iba a resolver los problemas de la anterior mandataria “pero cuando llega Macri los problemas eran demasiado profundos y entonces gobierna cuatro años mal y se endeudó enormemente con el Fondo Monetario” afirma Gamarra.
Actualmente bajo el mando de Alberto Fernández, la situación de Argentina no parece tener otra solución que un cambio radical en las próximas elecciones de octubre.
Los especialistas consultados por SEMANA, no ven una salida fácil para los argentinos y reiteran el problema económico por el que atraviesa el país. Para Luis Guillermo Vélez “si no se tienen finanzas públicas y una economía balanceada, no se pueden hacer programas sociales de igualdad y disminución de pobreza”, mientras la inflación, que empobrece a toda la población, en el país guacho supera el 100%.
Pero todo parece indicar que el Kirchnerismo se rompió y no parecen tener nuevas caras que mantengan el poder que llevan conservando durante tantos años y que tienen a Argentina “destrozada” como lo define Camilo Rojas. Según el analista un evento que parece ilustrador del fin del Kirchnerismo es que “van a hacer un homenaje a los 20 años de Néstor Kirchner de su ascenso al poder y no invitaron a Fernández, osea se rompió el Kirchnerismo”.
¿Como va Boric?
Gabriel Boric se posesionó el 11 de marzo del 2022 después de ganar las elecciones tras fuertes estallidos sociales en Chile, que pedían un cambio social. El profesor de la Universidad de Chile Felipe Agüero analizó la situación y destacó que uno de los desafíos de este gobierno es su falta de recorrido “quiero decir con gente con poca experiencia sobre todo en cuestiones de gestión”, porque lo considera un gobierno experimental.
El gobierno de izquierda de Boric se ha opuesto a algunos ideales que tienen sus homólogos en la región, tal como el apoyo a Venezuela y Nicaragua. Así lo analiza Rojas para quien “Chile ha sido muy crítico de Venezuela y de Nicaragua” y no quiere ningún tipo de relación con los regímenes dictatoriales de Maduro y Ortega, a diferencia de otros presidentes como Gustavo Petro.
El gobierno actual tiene fuertes retos para poder cumplir los objetivos que prometió en campaña. Pero no parece tener un camino fácil porque “enfrenta una gran oposición y no cuenta con mayorías” para llevar a cabo sus reformas progresistas. Por lo que aún le queda negociar con la oposición las reformas y enfrentar un amplio problema de seguridad y de orden interno, asegura Agüero.
Pero probablemente la gran derrota del gobierno de Boric fue la derrota en las urnas por la constituyente, frente a uno de sus más fuertes opositores José Antonio Kast.
La derrota constitucional puede traducirse como un “voto de descontento con el gobierno”, asegura Agüero. Ya que no se han visto los resultados que los chilenos esperaban ver con este nuevo gobierno que prometía esperanza.
Camilo Rojas concuerda con el profesor Chileno y califica esta derrota como un castigo contra el gobierno de Boric, “la gente está calificando el gobierno, que no le ha ido bien y lo que le pongan a votar lo vota en contra”.
A pesar de estas problemáticas, Eduardo Gamarra piensa que la institucionalidad Chilena es fuerte y que no ocurrirá lo que ha pasado en otra países como Perú en donde han pasado seis presidentes en tan solo cuatro años. Asegura Gamarra que “Chile es quizás la democracia liberal que tiene mejores posibilidades de sobrevivir”.
¿El gobierno Petro está fracasando?
Durante la campaña por la presidencia Gustavo Petro garantizó al pueblo colombiano cambios trascendentales en la calidad de vida, pero cerca de cumplir un año como presidente de Colombia, no parece mostrar resultados de lo que prometió si llegaba a la Casa de Nariño.
En medio de escándalos, con una inflación importante y las reformas estancadas o aprobadas a la fuerza, el Gobierno Petro parece desdibujarse.
Una de las armas de combate de Petro durante su oposición fue la convocatoria de masas a las calles, pero durante su gestión esto no parece dar resultados. Así lo analiza Camilo Rojas, “Petro se desconectó de la gente, dejó de representar esperanza y se ve todo muy improvisado. Yo no veo que la gente se movilice, porque el proyecto no genera ilusión”.
Esto se suma a innumerables desafíos por los que atraviesa el mandatario y que han llevado a que la gente no confíe más en sus propuestas, como lo indican las encuestas. Luis Guillermo Vélez asegura que “cuando a la gente cada vez le alcanza menos la plata, además hay desempleo y además una gran inseguridad, por mucha retórica que eche el presidente en el balcón la gente no apoya al gobierno”.
Para el ex viceministro la economía debe ser un punto fundamental si se pretende cumplir alguna promesa de las que se hicieron en campaña “uno no puede reducir la desigualdad y acabar con la pobreza, con una macroeconomía desbaratada”.
Lo que es una realidad es que el gobierno Petro no ha dado los resultados esperados por los electores y así lo afirma Vélez quien piensa que “El gobierno de Petro es un gobierno que está fracasando y esto no va a cambiar, esto más bien se va a profundizar”. Esto constituye terreno fértil para un reacción fuerte a este mal gobierno, que ha tenido fuertes desaciertos como la desastrosa paz total y la inseguridad que se vive en todo el país, afirma Vélez.
Los gobiernos de izquierda llegaron al poder y establecieron un dominio en la región, pero los electores a los que tanto les prometieron siguen esperando resultados. Lo que sí se ha visto es que el descontento social continúa y la calidad de vida de las personas parece empeorar. Esta situación puede llevar a que nuevos movimientos surjan y tomen protagonismo de cara al próximo ciclo electoral. Ante la falta de resultados de estos gobiernos, ¿Cuál será el futuro de la política en la región?