El Tribunal de Apelación de Versalles, en el suroeste de París, abrió este jueves el juicio por el accidente del Concorde que el 25 de julio de 2000 causó 113 muertos, tras el recurso presentado por la aerolínea Continental Airlines, única condenada en primera instancia. Aquel drama puso el punto final a la aventura supersónica del Concorde, el primer avión comercial que superaba la velocidad del sonido, concebido por Francia y el Reino Unido y que, desde su vuelo inaugural en 1976, nunca logró encontrar la rentabilidad financiera. El juicio comenzó con las peticiones de retraso presentadas por algunas de las partes, que serán examinadas por el tribunal. En primera instancia, Continental Airlines fue sentenciada en diciembre de 2010 a pagar 200.000 euros de multa y un millón de indemnización a Air France, propietaria del Concorde, mientras que el empleado que colocó la lámina causante del accidente fue condenado a 15 meses de cárcel exentos de cumplimiento. El Tribunal de Pontoise retuvo en primera instancia la tesis de que una lámina metálica desprendida de un DC-10 de Continental Airlines minutos antes del despegue del Concorde y sobre la que rodó el aparato provocó el pinchazo de uno de sus neumáticos, que perforó el depósito de combustible e incendió el ala izquierda. Sin control, el avión, que tenía como destino Nueva York, se estrelló pocos minutos antes del despegue del aeropuerto Charles de Gaulle sobre un pequeño hotel de Gonesse, lo que provocó la muerte de sus cien pasajeros, la mayoría de ellos alemanes, los nueve tripulantes y cuatro empleados del establecimiento. Además de a la compañía, condenaron a John Taylor, el empleado que debía fijar la lámina del DC-10 y que, al parecer, no lo hizo correctamente. Los abogados de Continental Airlines consideran que las conclusiones consideradas por los jueces no explican el accidente y, por ello, presentaron un recurso que será estudiado, a partir de este jueves, durante tres meses. El mediático letrado Olivier Metzner, que representa a la aerolínea estadounidense, afirmó que "nadie cree que una pequeña placa de metal pueda ser la causa de un accidente como ese". El abogado considera que el Tribunal de Pontoise no tuvo en cuenta las decenas de testimonios que presentó y que aseguraban que el Concorde ya ardía antes de que pasara sobre la zona en la que se encontraba la placa de titanio en cuestión. Metzner acusó al tribunal de haber pronunciado "un veredicto proteccionista", que perseguía más no perjudicar a empresas francesas que buscar la verdad. "Era necesario encontrar a un culpable extranjero para no perjudicar a un icono de la aviación nacional", aseguró. El abogado promete ahora llamar a declarar a responsables de Air France, la única compañía que explotaba el Concorde junto con la británica British Airways. Para Metzner, el tribunal se negó a investigar otras posibles causas del accidente, derivadas, según él, de ciertos problemas de concepción que presentaba el avión. El letrado recordó que entre 1979 y 2000 se registraron 80 incidentes con los neumáticos del supersónico y en siete de ellos se vieron afectados los depósitos de combustible. Por eso, volverá a sentar en el banquillo de los acusados a tres de los ingenieros franceses que trabajaron en la concepción del avión, que ya habían sido absueltos en primera instancia. El abogado de Air France, Fernand Garnault, considera fantasiosas las tesis de su colega y asegura que los informes de los especialistas apuntan a la responsabilidad de Continental Airlines. EFE