La Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra este jueves en India su primera cumbre de medicina tradicional advirtiendo que estos tratamientos alternativos basados en productos naturales solo son efectivos si se basan en evidencias científicas.
La cumbre de dos días se celebra en paralelo a una reunión de ministros de Sanidad del G20 en la ciudad india de Gandhinagar.
Las medicinas tradicionales pueden aliviar las “deficiencias de acceso” a la atención sanitaria, pero solo tienen valor si se utilizan “de forma adecuada, efectiva y, por encima de todo, segura con base a la evidencia científica”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un comunicado antes de la reunión.
“Los avances científicos en la medicina tradicional deben regirse por los mismos rigurosos baremos que en otros campos de la salud”, dijo el investigador jefe de la OMS, John Reeder, en un comunicado. Según él, esto probablemente requiera de una nueva metodología “más holística y contextual” para aportar “pruebas que sean suficientemente concluyentes y sólidas”.
El primer ministro indio, Narendra Modi, que debe inaugurar por videoconferencia esta cumbre, ha promovido repetidamente los beneficios para salud del yoga, ensalzándolo como la “panacea” para el estrés o incluso el odio.
La cumbre, que debe convertirse en un evento anual, llega después de la inauguración del Centro Global de la OMS para la Medicina Tradicional, en el mismo estado indio de Guyarat.
Poca regulación
El uso de estas técnicas está muy extendido en algunas partes del mundo, pero también es objeto de discrepancia. La agencia sanitaria de la ONU define la medicina tradicional como el conocimiento, las habilidades y las prácticas usadas para mantener la salud y prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades físicas y mentales.
Pero la eficacia de muchos tratamientos no ha sido probada científicamente y los defensores de la naturaleza advierten que la industria alimenta el comercio de especies en peligro como tigres, rinocerontes y pangolines.
El uso de remedios caseros creció durante la pandemia del covid-19, como una infusión de artemisa promovida por el presidente de Madagascar como un tratamiento. Si bien la planta dispone de propiedades curativas frente a la malaria, su eficacia ante el covid es discutida por muchos doctores.
En China, la medicina tradicional está muy arraigada en la historia, pero órganos sanitarios europeos han pedido varias veces que se someta a la misma regulación que los métodos occidentales. De los 194 países en la OMS, 170 han reconocido el uso de medicina tradicional desde 2018, pero solo 124 disponen de leyes o regulaciones sobre su empleo.
“Natural no siempre significa seguro y siglos de uso no son garantía de eficacia. Por ello, el método y el proceso científico debe aplicarse para aportar las pruebas sólidas que se requieren”, dijo la OMS. Un 40% de los productos farmacéuticos aprobados actualmente en uso derivan de una “base de productos naturales”, según la OMS, que cita “medicamentos fundamentales” que proceden de la medicina tradicional como la aspirina, elaborada a partir de fórmulas de corteza de sauce.
OMS consideraría incorporar a la medicina tradicional el yoga, acupuntura o meditación
La Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestó su apoyo el pasado 10 de agosto con el hecho de que se incorporen a la medicina tradicional alternativas como el yoga, la acupuntura o la meditación, en la atención médica, siempre y cuando esté respaldada por evidencia científica.
“Incorporar la medicina tradicional a la corriente principal de la atención sanitaria, de forma adecuada, eficaz y, sobre todo, segura, basándose en las pruebas científicas más recientes, puede ayudar a colmar las lagunas de acceso de millones de personas en todo el mundo. Sería un paso importante hacia enfoques centrados en las personas y holísticos de la salud y el bienestar”, resaltó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Así, el máximo mandatario del organismo sanitario internacional de Naciones Unidas defendió que la medicina tradicional puede desempeñar “un papel importante y catalizador” para alcanzar la cobertura sanitaria universal.
Con información de AFP*