La Agencia Federal de Redes de Alemania determinó que la muñeca Mi Amiga Cayla viola las leyes de seguridad y privacidad del país, por lo que prohibió su venta e instó a los padres de familia a destruir las que ya estén en manos de sus hijos. Cayla cuenta con un dispositivo bluetooth, un micrófono y una grabadora de voz, y puede conectarse a internet. Así, cuando los niños le hacen preguntas a la muñeca, esta graba su voz y la convierte en texto para encontrar las respuestas en Google, Wikipedia y otros motores de búsqueda. Un grupo de consumidores denunció que los productos de Genesis Toys, la compañía estadounidense que fabrica las muñecas, pueden transmitir ilegalmente las grabaciones de los niños vía internet a Nuance Communications, una empresa de tecnología de reconocimiento de voz que tiene como clientes a fuerzas policiales y militares.