Para los más de 100 millones de personas sin hogar de todo el mundo que viven en las calles, la llegada de la Navidad y el Año Nuevo no siempre son motivo de celebración. "Lo peor de estar en las calles es el frío", comenta Alan, un escocés de mediana edad que vive y duerme a la intemperie en Londres desde 1977. "Ahora estoy sufriendo. Después de más de 30 años, mi cuerpo está empezando a fallar por culpa del frío", dice mientras observa a las personas que pasan por uno de los túneles peatonales que conducen a la estación de Charing Cross. Y a casi 2.500 kilómetros de distancia, en la estación Paveletskaya de Moscú, Farid se queja de lo mismo. "Por lo general trato de dormir en los pasillos de los edificios de apartamentos, pero antes hay que encontrar aquellos que no están bajo llave. No logro dormir mucho", confiesa. "Mi preocupación ahora es tratar de sobrevivir el período de vacaciones, cuando todo va a estar cerrado", afirma este hombre de 51 años que vive en las calles de la capital rusa desde 2008. La situación se repite también en ciudades como Nueva Delhi, Estambul y México D.F., donde los corresponsales del Servicio Mundial de la BBC conversaron con personas sin techo, funcionarios gubernamentales y organizaciones de caridad para entender mejor cómo es la Navidad de quienes no tienen hogar. Buscando refugio Como en la mayoría de esas ciudades, en la capital mexicana la llegada de diciembre también se traduce en un aumento del número de sin techo que se acercan a refugios. El año pasado, por ejemplo, en el albergue de Coruña -uno de los diez refugios públicos habilitados por la secretaría de Desarrollo Social del gobierno del Distrito Federal- llegó a hospedar a unas 800 personas para estas fechas. "Ahora hay más de 1.000 y esperamos más llegadas para nuestras celebraciones navideñas, en las que serviremos pavo y jamón asado en los más de 50 comedores públicos que tenemos en toda la ciudad", le dijo a la BBC el titular de la secretaría, Martín Batres. Sin embargo, ni la amenaza del frío, ni la promesa de comida son siempre suficientes para sacar a los sin techo de las calles, aunque sea únicamente por una noche. "Yo no quiero ir a otra parte porque mi familia está aquí. Es aquí donde encontré las cosas que nunca tuve en mi casa… como la Navidad", asegura Beto, de 19 años. Su familia son los otros 30 jóvenes sin techo con los que comparte un viejo colchón y un reproductor de DVDs bajo un puente de la colonia Taxqueña. Para Navidad se repartirán, además, un plato de lomo asado y unos tacos de carnitas. Sin lugar Mientras tanto, en Nueva Delhi, Suraj -un joven de 18 años- también se mantendrá alejado de los 64 refugios que existen en la capital de India. Pero sus razones son muy diferentes a las de Beto: "Siempre están llenos, nunca consigo lugar porque la gente reserva espacio para sus conocidos". "Una vez llegué temprano y conseguí una cama, pero me terminaron asaltando", relata Suraj. Sin embargo, en la calle tendrá que lidiar con el frío pero también con la amenaza de violencia. "La policía nos golpea por dormir en las aceras. Nos pegan en las piernas, en los brazos… no les importa donde", se queja Rajan Singh Rawat, otro joven sin techo de Nueva Delhi. Calor humano Al mismo tiempo, con las fiestas y el invierno se multiplican las iniciativas para ayudar a las personas sin hogar. En Estambul, la capital de Turquía, las autoridades han empezado a abrir las puertas de las instalaciones deportivas durante las olas de frío, para que les sirvan de refugio. Y la organización de defensa de los derechos humanos Sefkat-Der organizó recientemente el evento "Vivir en las calles durante una noche de invierno" para ayudar a generar conciencia sobre un problema que va en franco crecimiento. Hayrettin Bulan, el director de Sefkat-Der, calcula que el número de personas sin hogar en Turquía ya asciende a 100.000, el 10% de las cuales viven en Estambul. Y la principal causa de este fenómeno parece ser el incremento de la migración desde el campo hacia las ciudades. De regreso en Londres, sin embargo, Alan se queja sobre las iniciativas exclusivamente navideñas. "Hay organizaciones que quieren ayudar durante Navidad y por un par de semanas. ¿Pero qué pasa con el resto del año?", expresa. En México, el funcionario Martín Batres recuerda: "Ellos (las personas sin techo) necesitan calor humano para combatir el frío en invierno". Pero seguramente apoyo y solidaridad también seguirán siendo necesarios después de las fiestas.