La inculpación histórica de Donald Trump por tratar de revertir el resultado de las elecciones de 2020 esboza una imagen de un expresidente tan determinado a aferrarse al poder que puso en peligro los cimientos mismos de la democracia estadounidense.
No es la primera vez que los problemas judiciales de Trump estremecen a Estados Unidos, pero esta vez los últimos cargos del fiscal especial Jack Smith son especialmente graves.
Las dos inculpaciones anteriores se centraron en pagos secretos a una actriz porno y en negligencia en el manejo de documentos gubernamentales confidenciales, pero ahora se le acusa de complot contra el Estado, junto con seis conspiradores. Lo complica aún más el hecho de que el magnate inmobiliario de 77 años es precandidato a las presidenciales de 2024, con una ventaja considerable en la carrera por la nominación republicana.
“Las inculpaciones de Trump son verdaderamente históricas en el sentido de que ningún presidente o expresidente de Estados Unidos antes de Trump ha sido inculpado, y mucho menos acusado de difundir mentiras sobre unas elecciones”, dijo Carl Tobias, profesor de derecho de la universidad de Richmond.
Richard Hasen, profesor de derecho en la universidad de California, destaca la naturaleza única del caso. “Es difícil exagerar lo que está en juego en esta inculpación y enjuiciamiento”, escribió Hasen en el medio digital Slate.
“Es quizás la inculpación más importante jamás dictada contra alguien para salvaguardar la democracia estadounidense y el estado de derecho en cualquier tribunal estadounidense”, dijo y añadió que “influirá en gran medida en si Estados Unidos seguirá siendo una democracia próspera después de 2024″.
Smith vinculó directamente las acciones de Trump tras su derrota electoral en noviembre de 2020 frente al demócrata Joe Biden con el asalto dos meses después al Capitolio de Estados Unidos, que calificó de “ataque sin precedentes a la sede de la democracia estadounidense”.
“Fue alimentado por mentiras”, dijo Smith. “Mentiras del acusado dirigidas a obstruir una función fundamental del gobierno de Estados Unidos, el proceso de la nación de recabar, contar y certificar los resultados de las elecciones presidenciales”.
“Horas más sombrías”
El historiador Jon Meacham afirma que los cargos contra Trump son la consecuencia de las “horas más sombrías” de la historia de Estados Unidos. “Lo que no hemos tenido antes es una persona tan poderosa que pueda torcer la Constitución hasta el punto de romperla”, declaró Meacham a MSNBC. Trump puso “su propia ambición por encima de todo lo demás”.
La inculpación de 45 páginas presentada por Smith acusa a Trump de conspiración para engañar a Estados Unidos, conspiración para obstruir un procedimiento oficial y conspiración para privar a los estadounidenses de un derecho civil: sus votos.
El “esquema criminal”, como lo describió Smith, describe meticulosamente los esfuerzos de Trump y los demás conspiradores, cuyos nombres no cita, para revertir el resultado electoral mediante “el uso deliberado de afirmaciones falsas de fraude electoral”, se lee en la acusación. “A pesar de haber perdido, el acusado estaba determinado a permanecer en el poder”, añade.
El complot supuestamente incluyó repetidos intentos de presionar al vicepresidente Mike Pence para que no certificara el resultado en la sesión del Congreso el 6 de enero. Cuando Pence le dijo a Trump durante una reunión el 1 de enero que no tenía autoridad constitucional para hacer lo que le pedía, el presidente supuestamente respondió: “Eres demasiado honesto”.
También se acusa a Trump y a sus cómplices de presentar listas de electores fraudulentas al Congreso en un intento por revertir los resultados en siete estados clave ganados por Biden. En Estados Unidos los ciudadanos no eligen directamente al presidente, sino que designan a grandes electores de cada estado, que serán quienes voten por uno u otro candidato.
Trump supuestamente trató de involucrar a altos funcionarios del Departamento de Justicia en su complot, diciéndoles: “Simplemente digan que las elecciones fueron corruptas y déjenme el resto a mí y a los congresistas republicanos”.
Las gestiones culminaron con un discurso del presidente cerca de la Casa Blanca el 6 de enero y el posterior ataque al Capitolio estadounidense por parte de sus partidarios, que buscaban bloquear la certificación de la victoria de Biden. Se espera que Trump, quien considera esta inculpación como una maniobra política, comparezca este jueves en una corte federal de Washington para una vista preliminar.
Con información de AFP.