Este miércoles 4 de mayo, Sergei Shoigu, ministro de Defensa de Rusia, advirtió nuevamente que considerará al equipo de la Otan que llegue a Ucrania un objetivo legítimo; dijo que los vehículos de esta organización que llegaron a Ucrania, con armas y municiones para las tropas ucranianas, serán destruidos, según dio a conocer la agencia estatal rusa de noticias RIA Novosti.

Mientras tanto, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, negó que las fuerzas rusas hayan llevado a cabo un asalto contra la planta metalúrgica de Azovstal, ubicada en la ciudad de Mariúpol.

Peskov indicó así que, en vez de un ataque, el Ejército ruso procedió a “bloquear” la zona, tal y como ya señaló el ministro de Defensa, quien afirmó que los militares ucranianos han sido “bloqueados de forma segura”.

No obstante, destacó que se han producido “intentos de abrir fuego” en la zona cometidos por terceros, según informaciones de la agencia de noticias Interfax. El lunes pasado, las autoridades ucranianas acusaron a Rusia de iniciar un asalto a pesar de que en su interior aún habría decenas, e incluso cientos, de civiles.

“El comandante publicó una orden en la que cancelaba el asalto. No ha habido asalto. Vemos que hay indicios de que los militares ucranianos han adoptado posiciones de ataque, pero estos intentos se han suprimido rápidamente”, aseveró.

Así, insiste en que “no hay nada más que decir al respecto” y asegura que las informaciones sobre un presunto anuncio del presidente, Vladimir Putin, a la movilización general de cara al 9 de mayo son un “sinsentido”.

Shoigu indicó así: “De acuerdo con las instrucciones recibidas por el comandante en jefe, las fuerzas ucranianas que quedan en la zona industrial de Azovstal se encuentran bloqueadas dentro del perímetro”.

Ludmyla, de 63 años, pasa frente a su casa, que según ella fue destruida por misiles aéreos, en medio de la invasión rusa de Ucrania, en Trostianets, región de Sumy, Ucrania. Foto: Reuters/Zohra Bensemra | Foto: REUTERS

Además, detalló que se han realizado propuestas a los militares para que “liberen a los civiles y dejen las armas, a cambio de salvar las vidas de los civiles y darles un trato decente”. Sin embargo, lamenta que “estas propuestas han sido ignoradas”, según informaron medios rusos.

Shoigu señaló, por otra parte, que las fuerzas rusas, junto a las unidades separatistas del este del país, están expandiendo su control sobre los territorios de Donetsk y Lugansk.

En este sentido, recalcó que Rusia está tomando medidas para proteger a los civiles y ha abierto “corredores humanitarios de forma diaria para garantizar la evacuación desde zonas de combate”.

Sin embargo, acusan a los aliados de la Otan, la Unión Europea y Estados Unidos de “seguir enviando armas a Ucrania”.

Por otro lado, al menos una de cada seis escuelas apoyadas por el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) en el este de Ucrania han sufrido daños o han quedado directamente destruidas, entre ellos, el único centro gestionado por dicha agencia en la localidad de Mariúpol.

Solo en la última semana, los ataques han afectado dos escuelas y, en total, ya son 15 los centros dañados, de un total de 89. En todo el país, suman ya cientos las instalaciones que han sufrido el impacto directo del conflicto o han sido reconvertidas para otros usos, como refugios o con fines militares.

El representante de Unicef en Ucrania, Murat Sahin, compara el actual escenario con la “esperanza” que supuso para muchos niños el inicio del curso escolar, después de la parálisis derivada de la pandemia de la covid-19.

Lejos de este optimismo inicial, “cientos de niños han sido asesinados y el año escolar termina en medio del cierre de las aulas debido a la guerra y la destrucción de las instalaciones educativas”, lamentan.

*Con información de Europa Press.

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