La japonesa Izumi Nakamitsu, alta representante de Naciones Unidas para Asuntos de Desarme, advirtió recientemente sobre los riesgos de la entrada y uso de diversas armas en Ucrania, debido a la invasión rusa. Esa preocupación incluye especial atención a las bombas de racimo, que han sido utilizadas por el ejército de Ucrania y de Rusia, tras el inicio de la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero de 2022.
Alcance de las armas
De acuerdo con Nakamitsu, muchas de esas armas terminan en manos de “usuarios finales no autorizados”, lo cual puede generar una fuerte desestabilización en la región.
De acuerdo con Euronews, si bien la funcionaria aseguró que “la ofensiva militar rusa en Ucrania viola la Carta de las Naciones Unidas, golpeando con fuerza a los más vulnerables”, calificó “la transferencia y uso de municiones de racimo” como “muy preocupantes”.
De acuerdo con la portavoz de la ONU, las bombas de racimo deberían “pasar a la historia” y no continuar siendo utilizadas en ningún conflicto.
Armas
Estados Unidos ha autorizado el envío a Ucrania de aviones de combate F-16, con fabricación estadounidense, desde dos países: Dinamarca y Países Bajos.
De acuerdo con lo que afirmó en redes sociales el ministro de Defensa de Países Bajos, Wopke Hoekstra, se trata de “un importante hito para Ucrania en la defensa de su población y de su país”.
De acuerdo con Ucrania, los cazas F-16 son una herramienta fundamental para reducir y prevenir ataques aéreos de Rusia y un arma indispensable para implementar con éxito su estrategia de contraofensiva.
El proceso sin embargo debe tomar aún tiempo y se deben llevar a cabo varios trámites, por lo que Ucrania ha asumido públicamente que no recibirá los cazas, al menos hasta el próximo año, 2024.
De acuerdo con declaraciones a la televisión ucraniana de un portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuri Ignat: “es obvio que no podremos defender Ucrania este otoño e invierno con los F-16″.
Bombas de racimo
Una bomba de racimo, también llamada bomba de fragmentación, bomba de dispersión o submunición, es una bomba de caída libre, que se lanza de manera dirigida, desde tierra, mar o aire.
Las bombas de racimo pueden causar daños drásticos en los puntos donde son utilizadas, pues contienen un dispositivo que libera un gran número de pequeñas bombas al abrirse, que pueden generar distintos tipos de afectaciones, como perforar vehículos blindados con su carga explosiva, matar o herir a muchas personas de manera indiscriminada con sus fragmentos de metralla, también pueden producir incendios.
Este tipo de municiones en racimo están prohibidas para las naciones que ratificaron la Convención sobre Municiones en Racimo, adoptada en Dublín, Irlanda, en mayo de 2008, una convención que dos años más tarde se convirtió en ley internacional.
Estados Unidos, Ucrania y Rusia no han firmado la convención para prohibir estas bombas. Uno de sus efectos más peligrosos es que buena parte de la munición no llega a explotar, pero sigue constituyendo una amenaza durante años para la población civil y en cualquier momento puede causar una detonación.
A inicios de julio, Estados Unidos informó que suministrará a Ucrania bombas de racimo. Una decisión que implicó cruzar un umbral importante en el tipo de armamento ofrecido a Ucrania, que se encuentra en plena contraofensiva contra la invasión rusa.