Todo un misterio es el caso de la tenista china Peng Shuai, quien desapareció luego de que acusara a un exalto dirigente chino de haberla obligado a tener relaciones sexuales.

El caso de Shuai ha despertado tanta atención que hasta la Organización de las Naciones Unidas (ONU) le pidió al Gobierno chino que entregue las pruebas del paradero de la deportista. “Sería importante tener pruebas sobre el lugar en el que se encuentra y saber si está bien. Pedimos encarecidamente que se lleve a cabo una investigación con total transparencia sobre sus acusaciones de agresión sexual”, declaró una portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Liz Throssell, durante una rueda de prensa en Ginebra.

De igual manera, el director ejecutivo de la WTA, el circuito de tenis femenino, dijo esta semana que estaba preocupado por la seguridad de la tenista y dudó de la veracidad del correo electrónico publicado en medios chinos en el cual la deportista desmiente haber sufrido violencia sexual.

Las explicaciones del supuesto correo electrónico “no hacen más que aumentar mi preocupación en cuanto a su seguridad”, declaró en un comunicado Steve Simon, director ejecutivo de la Asociación Femenina de Tenis (WTA, por sus siglas en inglés).

Además, la WTA amenazó a China con salir de ese país si no se resuelve prontamente la situación de la tenista.

“Estamos dispuestos a retirar nuestro negocio y a hacer frente a todas las complicaciones que se derivan porque esto es más importante que el negocio”, dijo Simons.

Hace dos semanas que no se tienen noticias de la estrella del tenis china, antigua número uno del mundo en dobles, coincidiendo precisamente con la denuncia de agresión sexual que formuló contra un poderoso político chino.

Antigua campeona de Wimbledon y de Roland Garros en dobles, Peng dijo en la plataforma Weibo, el equivalente chino de Twitter, a principios de mes, que el antiguo viceprimer ministro Zhang Gaoli la había “forzado” a practicar sexo y a mantener un romance durante años.

La denuncia rápidamente desapareció de las redes sociales chinas y, desde entonces, la tenista de 35 años no ha sido vista, alimentando temores sobre su situación.

Sin embargo, la cadena estatal CGTN publicó una captura de pantalla en Twitter de un correo electrónico atribuido a Peng para Simon y otros dirigentes de la WTA.

En el mensaje, Peng supuestamente asegura que las acusaciones hechas previamente de abusos sexuales “no eran verdaderas” y dice que está “descansado en casa y todo está bien”.

Pero lejos de calmar los ánimos, esta publicación rápidamente desencadenó dudas por el lenguaje supuestamente usado por Peng y por el hecho de que aparece un cursor de edición en medio del cuerpo del texto del correo.

“El comunicado publicado hoy (miércoles) por los medios oficiales chinos referente a Peng Shuai no hacen más que aumentar mi preocupación en cuanto a su seguridad y su localización”, escribió Steve Simon.

El ejecutivo del tenis señaló que han tratado de ponerse en contacto con ella en repetidas ocasiones y por distintos canales, sin éxito hasta el momento, y pidió una “prueba independiente y corroborable” de que está bien.

“Peng Shuai ha dado muestras de un increíble valor al denunciar la violencia sexual de la que dice haber sido víctima por un alto dirigente del país”, añadió.

Las autoridades chinas guardan silencio ante la creciente preocupación por la tenista, cuyas acusaciones de agresión sexual son las primeras en recaer contra un alto dirigente del Partido Comunista.

William Nee, abogado del grupo de Defensores de Derechos Humanos Chinos, dijo que el comunicado “no debe tomarse al pie de la letra”.

“El gobierno chino tiene un largo historial de detener gente arbitrariamente implicada en casos controvertidos, controlando su capacidad de hablar libremente y haciendo que emitan forzosamente comunicados”, indicó.

Mareike Ohlberg, del German Marshall Fund, dijo en Twitter que estos mensajes no “buscan convencer a la gente, pero intimidar y enseñar el poder del estado”.

Con información de AFP.