Con la idea de combatir la obesidad, de cuidar el medio ambiente y de luchar contra el hambre, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) ha señalado los beneficios que puede traer el consumo de insectos en los países occidentales. Así lo afirmó en un informe que se dio a conocer este lunes en la Conferencia Internacional sobre Nutrición y Seguridad Alimentaria que tuvo lugar en Roma. Actualmente se consumen 1.900 especies de insectos, principalmente en países de África y Asia. Escarabajos, orugas, abejas y hormigas, son los animales más populares. Sin embargo, “en las culturas occidentales tenemos prejuicios y pensamos que como los insectos se comen en países en desarrollo no pueden ser buenos”, como señaló Arnold van Huis, de la universidad Wageningen en Holanda, uno de los autores del informe. Textos especializados han demostrado que muchos de estos insectos contienen la misma cantidad de proteínas, vitaminas y minerales que la carne y el pescado, y que son más ricos en algunos ácidos grasos, lo que los hace aún más nutritivos. Además, su producción es más barata y mucho más amigable con el medio ambiente. “En los países en desarrollo, los miembros más pobres de la sociedad pueden participar en el recolección, el cultivo, el procesamiento y la venta de insectos. Estas actividades pueden mejorar directamente sus propias dietas y proporcionar ingresos en efectivo a través de la venta de los excedentes de producción”, añade el informe. La novedosa propuesta puede tener mayor alcance si se piensa que en unos años la sobreexplotación forestal, la escasez de agua y la contaminación en el aire obligarán a pensar en nuevas formas de producir alimentos, que no son muy compatibles con la producción actual de cerdo y ganado. Está comprobado que los niveles de gases de efecto invernadero, amoniaco y metano de estas industrias son mucho más altos que los que podría traer la producción de insectos. “No estamos diciendo que la gente deba comer bichos”, ha subrayado en un comunicado Eva Muller, coautora del informe de la FAO. “Lo que decimos es que los insectos son uno de los recursos que brindan los bosques, y se encuentra prácticamente por explotar su potencial como alimento, y sobre todo, como pienso”, añade. La FAO, además, recomienda “la creación de nuevas recetas y menús en los restaurantes hasta el diseño de nuevos productos alimenticios” para comunicar esta estrategia e introducir tendencias de las dietas orientales, como se hizo hace unos años con el sushi.