Luego de un par de meses desde que las fuerzas militares de Birmania derrocaran a la presidenta y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Ky, y tomaran el poder en el país, la Organización de las Naciones Unidas teme por una posible guerra civil en esta nación asiática.

“La crueldad de los militares es demasiado grave y muchas organizaciones étnicas armadas manifiestan claramente su oposición, aumentando la posibilidad de una guerra civil a un nivel sin precedentes”, dijo la emisaria de la ONU en Birmania, Christine Schraner Burgener, durante una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad.

La funcionaria agregó que “un baño de sangre es inminente” e instó al Consejo a considerar todos los medios a su disposición para “tomar medidas colectivas y hacer lo que sea necesario, lo que merece el pueblo birmano, para evitar una catástrofe multidimensional en el corazón de Asia”, añadió.

Birmania | Foto: AP

La reunión del Consejo terminó después de dos horas y cuarto de debate, según informó la agencia AFP. Según varios diplomáticos citados por dicho medio, China pidió un plazo antes de adoptar una propuesta de texto formulada por el Reino Unido, lo que hace que no se tomará una decisión hasta el jueves de esta semana.

En este sentido, cabe mencionar que el gigante asiático no está de acuerdo con las sanciones que el Consejo de Seguridad aplicó a los militares birmanos, ya que esto “solo agravarán la tensión y la confrontación”, dijo el embajador chino ante la ONU, Zhang Jun, durante la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad.

No obstante, el diplomático abogó por “volver a una transición democrática en ese país” y añadió que “la violencia y el derramamiento de sangre no beneficia a nadie” y pidió a “todas las partes” que “mantengan la calma (y) actúen con moderación”, pero sin amenazar con sanciones, algo que, según la AFP, vienen pidiendo otros países como Estados Unidos o el Reino Unido.

Otras naciones, como Rusia y China, se niegan a aprobar las sanciones en contra de los militares birmanos, que están en el poder desde el pasado 1.° de febrero, aunque Japón tomó la decisión de suspender cualquier nueva ayuda a Birmania.

Los países a favor de las sanciones han venido denunciando la represión y la violencia con la que actúan las fuerzas armadas de este país del sudeste asiático, pues organizaciones de derechos humanos han denunciado la muerte de decenas de personas a manos de los militares.

Según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP), en manifestaciones que se llevaron a cabo el martes en la capital Naypidó, ocho personas fueron asesinadas.

Desde el 1.° de febrero, los miembros de las Fuerzas Militares han matado a 520 civiles y detuvieron a centenares de manifestantes y opositores, afirmó la AAPP a la AFP, y además agregó que en estas semanas se han presentando muchas desapariciones, como suele ocurrir en este tipo de casos.

Suu Kyi lleva detenida desde que se perpetró el golpe de Estado; sin embargo, algunas personas en su entorno han manifestado que la exmandataria se encuentra bien de salud y a la espera de la audiencia judicial que se desarrollará el próximo jueves.

Desde el golpe de Estado del pasado 1.° de febrero, la junta militar que asumió el poder en Birmania lidia con protestas sin precedentes. | Foto: AP

Analistas internacionales han afirmado que la represión de las FF. MM. en contra del pueblo birmano ha generado que que todo tipo de etnias se revelen contra las fuerzas opresoras del Estado. En este sentido, la Unión Nacional Karen (KNU) y el Ejército de la Independencia Kachin (KIA) han emprendido acciones contra el Ejército.

Por otra parte, miles de funcionarios del sector privado han mostrado su desacuerdo en contra del régimen militar y han pedido que se celebren nuevas elecciones civiles para el país, aunque con el pasar de los días el entusiasmo y el número de manifestantes han ido disminuyendo, debido al temor que existe entre los ciudadanos por las represalias que puedan tomar.