El secretario general de la Otan, Jens Stoltenberg, urgió el pasado domingo al presidente turco Recep Tayyip Erdogan a levantar su veto a la candidatura sueca, y afirmó que Estocolmo ha cumplido con las exigencias de Ankara para entrar en la alianza militar.
Desde hace 13 meses, Turquía bloquea la entrada de Suecia en la Alianza atlántica, por considerarla demasiado benevolente con los militantes kurdos que alberga en su territorio, y que, según Ankara, son “terroristas”.
“Suecia ha tomado medidas concretas y significativas para responder a las preocupaciones de Turquía”, por lo que “ha cumplido con sus obligaciones”, dijo Stoltenberg a la prensa tras reunirse con el mandatario turco, quien el sábado inició un tercer mandato presidencial, por un período de cinco años.
El noruego Stoltenberg enfatizó que es “hora” de que la adhesión sueca se confirme antes de la cumbre de la Alianza atlántica prevista los días 11 y 12 de julio en Lituania.
“El acceso de Suecia a la Otan reforzará su seguridad, pero también hará Turquía más fuerte”, agregó Stoltenberg, quien dijo que “espera finalizar la integración de Suecia lo antes posible”.
La entrevista con Erdogan, en el palacio de Dolmabahçe en Estambul, fue “productiva”, según Stoltenberg, y a la misma asistió el nuevo ministro de Relaciones Exteriores y ex jefe de los servicios secretos turcos, Hakan Fidan, según las fotos difundidas por la presidencia turca.
El papel de Turquía y Hungría
Turquía y Hungría son los únicos de los 31 países miembros de la Otan que aún no han ratificado la adhesión de Suecia a la Alianza.
Suecia tenía inicialmente el objetivo de unirse a la Otan al mismo tiempo que la vecina Finlandia, que se convirtió en el 31er miembro de la alianza militar el 4 de abril.
Con el inicio de la invasión rusa de Ucrania, los dos países nórdicos decidieron el año pasado salir de su tradicional neutralidad, preocupados por su seguridad.
Respondiendo a una exigencia clave de Ankara, el Parlamento sueco adoptó recientemente una nueva ley que desde el 1 de junio prohíbe las actividades vinculadas a grupos extremistas, con lo que reforzó así su legislación antiterrorista.
El ministro sueco de Exteriores destacó entonces que su país cumple “todas las condiciones” para que se levanten sin más tardar las últimas objeciones a su entrada en la Otan.
“Suecia ha cumplido todos los compromisos adoptados en la cumbre de Madrid del año pasado, incluyendo la nueva legislación sobre el terrorismo”, destacó el ministro Tobias Billström en una reunión de cancilleres de la Otan, el jueves en Oslo.
Los Kurdos
Dicha legislación no ha sentado bien entre los kurdos instalados en Suecia, como quedó de manifiesto este domingo en Estocolmo en una protesta contra la Otan y las exigencias de Erdogan.
“Están atacando a los kurdos de Suecia”, dijo Tomas Pettersson, portavoz de la llamada Alianza contra la OTAN, la plataforma convocante.
Un portavoz de Erdogan había pedido esta semana a las autoridades suecas impedir la marcha, en la que se vieron numerosas banderas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, PKK, ilegalizado en Turquía.
Al felicitar a Erdogan por su reelección el 28 de mayo, el presidente norteamericano, Joe Biden, le recordó las expectativas de la Otan relativas a Suecia y, por primera vez, pareció condicionar el levantamiento del veto turco a la entrega de aviones de combate F-16, reclamados por Turquía.
Washington luego matizó estas declaraciones y afirmó que la adhesión de Suecia no es una condición para la entrega de los codiciados cazas, si bien Estados Unido no ha ocultado su deseo de que la candidatura sueca sea definitivamente aprobada de aquí a la cumbre de la Otan en Lituania.
El contrato para la entrega de los F-16 se ha visto bloqueado hasta la fecha por parlamentarios estadounidenses, preocupados por la sintonía mostrada por Turquía con Rusia, en plena invasión de Ucrania.