Primero fue el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, quien durante su visita a un laboratorio en Cambridge pidió cierto grado de libertad para los padres a la hora de vacunar a sus hijos contra el sarampión o la rubéola. A esto el senador Rand Paul, en entrevista para televisión añadió, “las vacunas deben ser voluntarias, pues conozco de muchos casos de niños en perfecta condición que terminaron con profundos trastornos mentales luego de ser aplicadas”. Las protestas no se hicieron esperar debido a la sensibilidad que rodea el debate de la vacunación. Profesores del MIT consideran que si las declaraciones no son más que una estrategia política, se está siendo terriblemente irresponsable con la salud pública en ese país. Las cifras muestran que en lo últimos años virus que ya se creían haber desaparecido o controlado han resurgido por la falta de vacunación preventiva. La indignación ante los comentarios crece a raíz de un brote de varicela reportado en un parque de Disney, en California, que ha dejado 51 niños enfermos en 14 estados de ese país.