El origen de la pandemia del coronavirus sigue siendo un asunto que genera tensión entre las relaciones internacionales de potencias mundiales como China y Estados Unidos, sobre todo a partir del reciente anuncio del presidente norteamericano Joe Biden en el que solicitó a las agencias de inteligencia de su país que investiguen nuevamente la causa del virus.
El pedido del mandatario estadounidense se basa en la teoría que indica que la pandemia tuvo su origen en el escape del virus de un laboratorio en la ciudad de Wuhan. Esa versión ha ganado cada vez más fuerza, alimentada por los informes de que tres investigadores del Instituto de Virología de Wuhan enfermaron en el año 2019 después de visitar una cueva de murciélagos.
La hipótesis sobre la posible fuga del virus se había planteado anteriormente, incluso por parte del expresidente Donald Trump. Hace poco días Biden insistió en que aún no hay un consenso sobre el origen del coronavirus, e invitó a China a ser más transparente con la información relacionada con la pandemia.
Sin embargo, es probable que los detalles sobre las pruebas que se realizaron en el laboratorio de Wuhan no se conozcan en muchos años, debido a que la Ley de Secretos de Estado de China establece restricciones para la divulgación de esa información a extranjeros. Incluso, existen documentos que fueron sellados hasta por un periodo de dos décadas, como recogen medios norteamericanos como The Washington Post.
La Ley de Secretos de Estado de China también protege información sensible sobre el desarrollo económico, científico y social del gigante asiático, por lo que las autoridades chinas mantienen los documentos bajo estrictos protocolos de confidencialidad.
“No hemos tenido acceso a los laboratorios para determinar a ciencia cierta. No he llegado a una conclusión porque nuestra comunidad de inteligencia aún no está segura de si esto vino o no de un murciélago, en interacción de animales en un mercado y el ambiente que causó esta covid-19, o si fue un experimento que salió mal en un laboratorio”, aseguró Joe Biden durante la reciente sesión final de la cumbre del G7.
El mandatario estadounidense reiteró que China no ha sido transparente para brindar toda la información necesaria sobre la covid-19, lo cual ha dificultado que los investigadores puedan dar con el origen del virus.
¿Quién es Shi Zhengli y por qué es clave?
La científica china Shi Zhengli se refirió recientemente a las especulaciones que se han generado en torno a la teoría que indica que la pandemia del coronavirus tuvo su origen en el escape del virus de un laboratorio en la ciudad de Wuhan, por lo que negó rotundamente esa versión y aseguró que la institución en la que trabaja no es la culpable de la actual emergencia sanitaria.
“¿Cómo diablos voy a ofrecer pruebas de algo de lo que no hay pruebas?”, aseguró la doctora e investigadora Zhengli al diario The New York Times en unas inusuales declaraciones a los medios de comunicación.
“No sé cómo el mundo ha llegado a esto, vertiendo constantemente suciedad sobre una científica inocente”, insistió Shi Zhengli al medio estadounidense. No obstante, algunas autoridades han advertido que Zhengli, experta en coronavirus provenientes de murciélagos, podría haber estado dirigiendo los llamados experimentos de “ganancia de función” en los que los científicos aumentan la fuerza de un virus para estudiar mejor sus efectos en los huéspedes.
De acuerdo con información revelada por The New York Times, en 2017 Zhengli y sus colegas del laboratorio de Wuhan publicaron un informe sobre un experimento “en el que crearon nuevos coronavirus de murciélago híbridos mezclando y combinando partes de varios existentes”.
Dicho experimento también habría incluido al menos un nuevo coronavirus “que era casi transmisible a los humanos” y que fue usado “para estudiar su capacidad de infectar y replicarse en células humanas”.
No obstante, la viróloga Zhengli explicó en un correo electrónico que acompaña al artículo, que sus experimentos difieren de los de “ganancia de función”, ya que no buscaban crear un virus más peligroso, sino que intentaban comprender cómo el virus podría saltar entre especies.
“Mi laboratorio nunca ha llevado a cabo ni ha cooperado en la realización de experimentos de ganancia de función que aumenten la virulencia de los virus”, concluyó la investigadora.
*Con información de la AFP.