Joe Biden volvió a la Casa Blanca luego de cuatro años por fuera tras ser el vicepresidente de Barack Obama durante otros ocho años. Esta vez, Biden regresó como el 46° presidente de los Estados Unidos tras vencer al republicano Donald Trump.

Desde su llegada a la Presidencia, el demócrata ha trabajado incansablemente para revertir lo más rápido posible una serie de medidas que implementó su antecesor, entre las que destacan la política migratoria y ambiental.

La ajetreada rutina no ha sido nada nueva para Biden. El presidente voló este mes por primera vez en el emblemático Air Force One, el avión encargado de transportar al presidente de Estados Unidos, para dirigirse a su casa en Delaware para someterse a una radiografía en su pie. Sin embargo, Biden ya estaba familiarizado con el rigor militar, la seguridad y la ostentación ejecutiva que representa viajar en el emblemático avión. Durante su vicepresidencia, alcanzó a viajar más de un millón de millas a bordo del Air Force Two. “Es un gran honor”, dijo el presidente a los periodistas que le preguntaron sobre su primer viaje como presidente, “pero no pensé en eso, a decir verdad”.

Este es el nuevo aire que decidió darle el presidente Joe Biden a su nueva oficina. | Foto: Agencia AP

Biden tiene que lidiar con una cantidad importante de agentes del Servicio Secreto, actualizaciones periódicas sobre los principales secretos de la nación y un equipo de prensa a su alrededor, en lo que será su rutina durante los próximos 4 años.

Ya se conoció que el presidente estableció un horario regular en el que incluye un café por la mañana junto a la primera dama. Poco después de las 9 am, asiste a las diferentes reuniones programadas y atiende las llamadas telefónicas desde la Oficina Oval. Su día termina alrededor de las 7 de la noche, mientras camina a casa y en ocasiones se le ha visto cargando carpetas debajo del brazo. Además todavía lleva consigo el maletín de cuero a la oficina.

La información divulgada confirma que el actual presidente es diferente a sus antecesores. Por su parte, Barack Obama leía hasta altas horas de la noche materiales informativos; mientras que Donald Trump utilizaba sus noches para ver televisión.

Biden decidió acostarse temprano, luego de continuar con la tradición de leer las cartas de los estadounidenses que recientemente se han centrado en la pandemia. Su adaptación ha sido fácil. Recorrió innumerables pasillos del recinto durante los ocho años que fue vicepresidente de Obama. así mismo, es el presidente, en décadas, que más tiempo ha trabajado en la ciudad de Washington. “Se siente como si me fuera a casa”, dijo Biden una vez entró a la Casa Blanca, a pesar de que nunca había vivido allí.

El presidente estadounidense oficializará la ampliación este jueves.

El presidente hizo el mismo recorrido, como hace ocho años, para llegar a su antigua oficina e introducir a su vicepresidenta Kamala Harris. De igual manera, visitó otras oficinas de la Casa Blanca para preguntarle al personal sus funciones y consultarles específicamente sobre sus dudas acerca del plan de ayuda de covid-19. Así mismo, ha mostrado una gran disposición para responder las preguntas de los periodistas, incluidas las que tienen que ver con el juicio político de Donald Trump.

Sus días son más organizados. Dispone de una cantidad de tiempo importante para atender sus llamadas telefónicas. La puerta de la Oficina Oval no se considera abierta para todos, caso contrario a Trump. Los fines de semana, Biden va a misa pública y después hace una visita a una tienda de bagels junto a la primera dama. Se espera que una vez la pandemia termine, ellos se vuelvan clientes frecuentes de los establecimientos de Washington. Es una forma de no perder su vida “normal” como la conocían. Por primera vez en décadas, no hay niños viviendo en la Casa Blanca.