Más allá de Puerto Gaitán, en el Meta, en Colombia, se instaló un grupo de alemanes, que vive en Colombia como si esta fuera la tierra prometida. De acuerdo con el programa Los Informantes del Canal Caracol, que es el único medio con el que han aceptado hablar en su territorio y sin restricciones, este grupo de menonitas encontró aquí “el paraíso”.

Los menonitas son religiosos protestantes, que pregonan y practican una interpretación de la Biblia que se traduce en una vida extremadamente simple y muy apegada a la tierra.

“El objetivo de venir aquí a Colombia a formar la colonia era para nosotros poder producir alimentos, porque nosotros sabemos que el mundo lo necesita... Mi sueño con mi familia era vivir en un lugar como este, como en la tierra prometida”, asegura Ramón Dyck, un alemán entrevistado por Los informantes.

El precio de la tierra prometida

De acuerdo con la descripción realizada en Los Informantes, el valor de la tierra en la que viven ahora estos religiosos fue cerca de 110.000 millones de pesos, unos 30 millones de dólares. El sitio está ubicado a nueve horas de Bogotá, en el Meta.

El predio El Brasil, colindante con las tierras donde están ubicados, fue una zona de entrenamiento paramilitar. Dyck afirma que ellos supieron del conflicto, pero que no es algo que se dé actualmente: “Nosotros escuchamos que en Colombia ha habido mucha guerra, pero hace tiempo la gente nos dijo que ya se calmó eso y nosotros lo vivimos personalmente, la verdad nos sentimos tranquilos acá”.

Estos menonitas vienen desde México, donde cerca de 50.000 estaban instalados en una comunidad en la región de Chihuahua. Muchos de ellos vendieron todo en México y migraron a Colombia. En un primer momento, compraron un área del tamaño del área urbana de Bogotá, más de 25.000 hectáreas.

Imagen de referencia. Los menonitas son religiosos protestantes, que pregonan y practican una interpretación de la Biblia que se traduce en una vida extremadamente simple y muy apegada a la tierra. | Foto: AFP

Según una publicación del diario El Tiempo del año 2018, a su llegada a la región, los menonitas llamaron la atención de las autoridades por la cantidad de hectáreas que estaban comprando y por su forma de pago.

“La gente de la región dice que les pagan de contado y empezaron a registrar importaciones por cerca de 2,5 millones de dólares, en las que traen maquinaria pesada y de Estados Unidos, Canadá, Japón y México”, le dijo a El Tiempo en 2018 un agente federal.

El cultivo de la tierra

Los cultivos de este grupo de europeos son inmensos y principalmente corresponden a soya y arroz. Según ellos mismos declaran, Colombia tiene la necesidad de más agricultores: “Colombia está importando una cantidad de granos y entonces nosotros vemos que no tenemos que venir acá y buscar cómo exportar granos, porque Colombia lo necesita” asegura Ramón Dyck.

Una de las ventajas que verían los menonitas en Colombia frente a México es que en el país llueve mucho más, lo cual facilita el establecimiento de cultivos, sin necesidad de bombear agua subterránea para los cultivos, un proceso muy costoso.

Para ellos, cultivar la tierra también es importante porque se convierte en una forma de acercarse a Dios.

Imagen de referencia de menonitas de El Sabinal, comunidad mexicana. Para los menonitas, cultivar la tierra también es importante porque se convierte en una forma de acercarse a Dios. | Foto: AFP

La vida de los menonitas

Muy pocos miembros de la comunidad hablan español y, quienes lo conocen, lo hablan con un claro acento mexicano. Ellos se comunican en un tipo de alemán antiguo, que está casi extinto.

Solo los adultos tienen celular y ninguna casa tiene televisión: “Tenemos que luchar día a día contra el diablo y nosotros como cristianos a veces somos flojos para practicar la palabra, entonces si tuviéramos televisión, ¿cuándo leeríamos la palabra?”, dice Dyck.

De acuerdo con Los Informantes, los menonitas han construido 23 kilómetros de carreteras, que se encuentran en un estado mucho mejor que las demás carreteras alrededor de Puerto Gaitán en otras direcciones.